Ay soledad que te adueñaste de mi vida sin pedir permiso alguno, que te permites a diario robarme las ganas de vivir, que invades mi hogar y enfrías mi cama, ay soledad que sólo me hablas de tristeza, de ausencia de miedos e inseguridades, te robaste mi motivo, mis ilusiones, te llevaste mi sonrisa, mi deseo y me devolviste a cambio sólo vació, tristeza e incertidumbre.
Ay soledad intrusa no te quiero en mi vida, busca otra morada que jamás encontrarás en mi compañía, deja de asfixiarme, devuélveme mis sueños, mis alegrías, la esperanza, mis ganas de vivir, llévate contigo el llanto y las noches largas de este frió invierno, dale entrada al verano, deja que brille el sol nuevamente, que regrese la esperanza y que vuelva a nacer el amor
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