Capitulo 2:
Una visión.

Entre tanto, muy lejos de ahí, en otra galaxia bastante apartada, son las 2 de la mañana y Sam abre los ojos en su dormitorio. “No de nuevo”, piensa con ganas de llorar. Ya es esta la quinta noche que no puede dormir tranquilo. “¿De nuevo los sueños?”, pregunta Leo, al otro lado de la habitación, entre dormido. Sam se sienta en su camarote. “Es que no se que me pasa”, dice notablemente amargado, y continua, “Y cada vez se ve mas real, se pone cada vez peor y no puedo quitármelo de la cabeza”. “Entonces quítate la duda, pregúntale, cálmate y ya déjame dormir en paz, recuerda que tenemos clase de astrofísica mañana y puede que, para ti, Einstein se equivoque, pero no para el profesor, así que mañana le preguntamos y…”. “¡Ya déjame en paz con eso –replica Sam visiblemente indignado- , ya ha pasado un año desde ese incidente y ya me disculpé con media universidad por ello! Pero tienes razón, es mejor dormirme. De cualquier forma debo apuntarlo y me iré a la cama. Disculpa por despertarte, Leo”. “Descuida, igual yo tampoco puedo dormir bien.”, responde Leo con algo de desilusión en sus ojos. “Aun no puedo quitármela de la cabeza, simplemente no lo entiendo”. Sam replica rápidamente “¿Pero como es posible que aun pienses en eso? Si ella no era hu-“. Son interrumpidos por una almohada y un zapato que les golpean los rostros. “¡¿Podrían callarse de una buena vez y dejarme dormir en paz?!”, grita su compañero de cuarto enfadado. “Lo siento”, responde Sam rápidamente y se gira hacia su mesa de noche. “Que descansen, chicos”, y luego saca un cuaderno de la mesa, bastante parecida a la de un hospital. De mal gusto, considera Sam, pero es parte de la habitación y por tanto de la universidad, entonces no replica al respecto. Además, le sirve para guardar su cuaderno.

Tal vez, de todos los cuadernos que Samuel James Witwicky pueda poseer en la universidad, este es el más importante. Al abrirlo toma un lápiz, va a una pagina en especifico y comienza a escribir. Aunque lo que esta en ese cuaderno podría ser visto por cualquier otra persona en el mundo como garabatos de un loco, Sam entiende cada símbolo ahí escrito como si los hubiera utilizado durante toda su vida. Ese lenguaje no le es ajeno desde que tuvo una pequeña esquirla de la Chispa Suprema entre sus manos. Entre esas páginas se encuentran varias cosas curiosas. La primera pagina contiene una descabellada fórmula basada en la transferencia de materia entre 20 dimensiones diferentes para crear energía , junto con algunos apuntes y agregados en lenguaje matemático humano, también su experiencia más allá de la muerte, donde conoció a los dos Supremos Primes, y un nombre adicional, “Rising Prime”. Y también están escritas algunas palabras en español , como explicando detalles específicos entre el texto. Especialmente la ultima cita del cuaderno, escrita en ese idioma extraño, esta siendo revisada por Sam en este momento:
“La oscuridad solo es el principio.
Que nadie mire al cielo buscando esperanzas, porque solo encontraran la muerte.
Nada puede escapar de el, nada puede detenerlo.
EL SE ACERCA” (Esta ultima frase esta acompañada de su traducción en español)




Entonces Sam escribe un par de cosas en el cuaderno, justo debajo de la cita antes mencionada, lo cierra, apaga la luz y se acuesta a dormir. Son las 2:30 de la mañana.

La tranquilidad vuelve a la alcoba de esa universidad mientras, una mujer alta, rubia, con aspecto especialmente erótico y de ojos azules, inusualmente brillantes, observa la habitación desde la ventana de afuera del sexto piso. Entonces mira a Sam durmiendo, entrecierra los ojos en una expresión que conjuga entre seriedad y deseo, esboza una leve sonrisa y luego salta.

Al llegar al suelo, fuera del edificio de dormitorios de hombres de la universidad, Alice se levanta calmadamente, gira y camina hacia los árboles contoneando sus caderas y ondulando su cabello rubio entre el viento frío de aquella noche de abril. Entonces, en un idioma extraño, emite la siguiente comunicación a distancia: “Como lo esperábamos, el conocimiento está aún en el. Es momento de actuar, llego nuestro momento. No lo olvides, cuento contigo, en memoria de Jetfire”. Luego de eso se sienta en el suelo, recostándose contra un árbol, y abraza sus rodillas con el brazo izquierdo, recogiéndose, mientras que se sostiene suavemente el costado izquierdo con la mano derecha. Entonces mira al cielo y sus ojos, aun con aspecto humano, se ven llenos de una profunda nostalgia, pero también de una gran rabia. Como queriendo romper en llanto. Entonces vuelve en si, se levanta y emprende la huida con rumbo desconocido.

Justo antes de desaparecer entre los árboles circundantes, vuelve a comunicarse, esta vez en idioma humano: “¿También cuento contigo?”