No hay palabras que asfixien este caos. Mi brújula-noche deviene silenciosa... La lejanía de encontrarme en las plazas cuando nadie hay es el soplo de mis recuerdos. Estoy en la memoria. No en la mía. Estoy en la memoria. No hay más palabras para el hueco que no tengo. El recuerdo de quien no fui es la piedra contenida en la mano, el insulto que no se arroja, la palabra nunca dicha.
Texto agregado el 23-06-2010, y leído por 145 visitantes. (3 votos)