Es tarde pero al fin estoy en mi casa. El portero al oír mi llegada y reconocerme, abre con prontitud la reja. Toca la gorra con su mano y la inclina ligeramente hacia arriba dándome la bienvenida. Le miro de reojo desde la ventanilla de mi auto y me limito a una seña con la mano derecha correspondiendo a su saludo.
Mi chofer conduce suavemente hasta el garaje y acomoda el vehículo justo al lado del automóvil deportivo de mi hijo. Se me hace raro que esté aquí, generalmente los viernes sale por las noches para divertirse con sus amigos o alguna chica deslumbrada por su dinero que es el mío, claro está.
Ahí está mi esposa, esperándome, con esa sonrisa de siempre y un vestido que le queda perfecto, debió costarle mucho dinero; le beso y entramos a nuestra casa. Mientras conversamos en la sala amueblada con lujo y derroche de dinero la observo detenidamente y me doy cuenta que a pesar de los constantes ejercicios y tratamientos de belleza a que se somete, el paso de los años insiste en dejar su huella. Mi mente no puede evitar volar y recordar mi falso viaje de negocios de hace un mes. ¡Dios! Que demonio de mujer es Araceli, verdaderamente joven y bella. Lastima que la hubiera tenido que cesar por sus constantes errores en la oficina. Ni modo. Siempre habrá alguna “gata” que quiera probar suerte con este cuarentón.
En fin. Es casi media noche y hay que descansar. Tomo a mi esposa suavemente de la mano y besándole una mejilla la invita a que subamos a dormir. Oops! Casi olvido apagar la luz…
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El camino de regreso a la empresa me está resultando muy largo, recibí una llamada urgente en la madrugada. En una de las minas el sindicato está llamando a huelga por incumplimiento en el contrato colectivo y falta de mejores condiciones de seguridad para los trabajadores. Han citado al consejo administrativo; tenemos que decidir los pasos a seguir para conjurar la huelga. Todo debe ser muy discreto, los medios de comunicación estarán al tanto al ser una de las industrias principales del país. La estrategia tendrá que incluir comunicados de prensa distorsionando la realidad del problema a nuestro favor, compra de magistrados (porque el caso deberá verse en los tribunales) tal vez hasta despidos de los trabajadores participantes o el uso de la fuerza pública para desalojar las instalaciones.
Mineros. Como insisten en sus ideas de justicia y equidad. Eso va contra nuestros proyectos de competitividad y necesarias ganancias. Si no los necesitáramos para meterse en esos oscuros túneles prescindiríamos de ellos inmediatamente ¿pero entonces quienes sacarían el mineral para nosotros?
Hemos llegado, me pongo el saco y tomo el portafolio. Camino rápido y con rostro serio hasta el ascensor, entro y pido me lleven al piso numero 32.