Subliminal

Sentadas en la cocina se encontraban Doña Clara y Doña Teresa bajo sus pies llenos de callosidades producto del campo, una batea con distintos tipos de especias aromáticas pero desaparecían con su aroma de trabajo y sol.
En el sillón de mimbre en el que estaban sentadas, bajo sus traseros de saco de papas habían diarios que hacían más cómodo el sillón .Doña Teresa saco una hoja de diario a tirantes con un gran esfuerzo de inclinación hasta que consiguió tenerlo entre sus manos. Leyó lo siguiente:
“Cuentos para deleitar el alma”
Con su voz entre cortada seguía leyendo en voz baja, pero un empujoncito de Doña Clara la hizo detener.
-Oña Tere sígale con la letura que ta re guena.
Doña Teresa siguió.

“Un niño lloraba en el cuarto de sus padres, su madre corrió a ver que sucedía pensando lo peor ya que los gritos eran espantosos .Llego a la habitación y el niño seguía llorando desconsolado a lo que la madre asistió a preguntar la causa de tal escándalo el niño indico con su minúscula mano a la ventana .La angustiada madre pensó lo peor, corrió en dirección a la ventana observo el techo, los patios y nada.
¿Por qué lloraba tan angustiosamente el niño?
La madre tranquilizando al niño le pregunto nuevamente pero solo el hecho de recordarle largaba el llanto nuevamente. Finalmente el niño viendo la expresión de su madre entre sollozos respondió que se le perdió un cochecito rojo el cual era su favorito .La madre mirándolo con lejanía contesto extrañada que él no tenia ningún cochecito rojo.”


-Sae Teresita yo repocaso le entendí a eta cution.
-Doña no cree ute que si lee la estructura como sentimiento va entendere mejor.