Soltaste mi mano antes de ayer
y hasta hoy no logré comprender
que tornaste de niña a mujer,
y junto a mi no quisiste crecer.
Tus palabras fueron duras y sinceras
al decirme en qué me equivoqué.
La distancia no desvanece el interés
pero a veces te hace retroceder.
Texto agregado el 22-06-2010, y leído por 355
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