Tu espalda
es campo de amor incorruptible en toda su distensión.
Es la blanca sensación de llanura en tibia paz
plagada de luciérnagas que vuelan tras calma,
esa calma que en su sosiego borra el peso fatigante
que desgasta tu cuerpo cansado, en sus formas deliciosas de tentar

Tu espalda
llama sensaciones etéreas y propicias
cuando pides que frote en ella el descanso extraído de mis manos
que se imponen con fuerza y caricias extremas,
para atiborrarte del alivio tierno
y dejarte dormir a mi lado cubierto de mimos
en el silencio contemplativo de mis ojos que gustan de ti.

Tu espalda
es la llanura desolada que florece entre mis manos
que buscan incesantes cómo liberarte
de las pendencias cotidianas cuando puedo tenerte
seducido entre mis dedos pequeños prendidos de amor.
Deja que alivie tu espalda y te haga libre de cargas
porque mi amor puede sanar
las heridas de aquellas luchas impetuosas que te hicieron un hombre.

Efímeras luchas,
en sus compases deliberados,
retratados en tu destino legionario, aquel que potencia
la consecuencia y madura solidez de tu estirpe de rey inquebrantable.
Pondré sobre tu espalda, aceites de almendras y rosas
para sublimar tu espíritu de guerrero atrevido,
de espalda vigorosa, fuerte estructura de hierro y piel,
sostén de los brazos a que arriman mi cuerpo cuando tengo frío,
arrullo cálido e inexplicable de mis ansias contenidas en tu abrazo alucinante