"Nocturna Impaciencia"
Compartir
miércoles, 09 de junio de 2010 a las 13:06 | Editar nota | Eliminar
La noche me sigue con esos pasos de piedras que no dejan dormir
Se respiran en ella un llamado de sensualidad y contienda
Veo los muros sudados de la humedad invernal
La calle proyecta el reflejo de los semáforos en el pavimento mojado
Y yo, te busco en el abandono nocturno,
que avanza y esgrime en mi contra tu distancia
con fuego talle la oscura línea con que plasmo tu nombre inpalpable,
Mientras la bruma arrasa con el rastro melancólico,
Que deja el humo del cigarro secando mi boca,
cuando te pienso, te busco y sueño con tu presencia altiva,
Esa que saca de mí las palabras que caen eternas
Como un hálito de amor,
Este amor torpe y de gran intensidad,
Que desciende a los prados de mi vientre,
Empapando el monte del deseo que desnuda,
Cuando te enfrento y me entrego a tu torso de piel y fuego,
Me haces ver como toda tu fuerza se ha ceñido a mis pasos,
En donde me acorralas en un manto de goce febril.
Casi no resisto tu boca en un beso,
Y no dejo de codiciar tu regreso en mis noches de impaciencia,
Que apelan a tu recuerdo , tu recuerdo sin fin.
Es tan dulce el sabor de tu boca rozando mi espalda,
Cansada por las batallas nupciales que no pedí,
Tú rompes la calma y el letargo impenetrable en el que me encontraste atada,
Y sacas de mi el verso mágico que emerge de mis entrañas,
Cayendo de los brillos que me producen tus caricias,
En un claro encantamiento de dos cuerpos que se encuentran,
Fusionados de pasión,
Me pedías que te hablara y describiera mis fantasías,
y te abrí mi pecho desmesurado por tu encanto,
Para que tomes de mí, entre tus manos surcadas por el tiempo,
El néctar segregado de mis senos,
Con la destreza que te dan las palabras y propuestas
Que nacieron al encuentro nocturno de nuestras letras...
Mis muslos de fémina aún reclaman tu presencia,
Volviéndose amorosos
Al sentirte en el sabor forjado en mi mente voladora.
De tu boca enrojecida, que jugaba con mis sensaciones cálidas,
Modelaste en mí cada una de mis fantasías,
Y, a cambio, te di un canto de ángeles,
Que repiten incesantes
La propuesta indecorosa de volver a tenernos.
La luna se llenó de luz al ver cada verso,
Cada intento centelleante de rozarnos, cuerpo a cuerpo,
En un ocaso de miradas ardientes.
Nada puede romper el cerco indestructible
Que tejí con las hebras de las sabanas,
Que lloraron de emoción
Al ver a estos amantes agotados de tan insaciable sed.
Aún huelo el polen de tu piel,
Y te veo dibujando con tus dedos de artista mi figura invisible,
En tu cama fría por los años de desamor que la vida te dio.
Llenaré de amapolas tú alma,
Para que no olvides mi nombre,
Y la turbulencia amorosa que nos trajo el destino
En un capricho incoherente,
De dos amantes que no buscaron serlo.

por Alexandra E.S.I.