Yo entiendo nada de los «Como»,
tampoco de los «Por qué» de los «Quien»
mucho menos de los «Cuando» ni de los «Donde»,
yo no sé de esos, yo no sé de sesos…
He escuchado vagadas,
aparentes absurdas vagadas,
susurrando en mis no visibles oídos,
dicen y dicen pero no dicen nada,
es por eso que en estos versos hablo de la nada
partiendo de ella misma, y para ser sinceros
ni tengo oídos no visibles y así mismo
tampoco los tengo visibles…
Tengo nada y más allá de la nada
ni a la nada la tengo,
y aunque aparentemente yo sea mío,
ni siquiera a mí mismo me tengo,
tampoco estas letras son mías,
las he robado, las he hurtado…
y sí. Soy ladrón, pero ni la culpa es mía,
las he extraído del jardín que he encontrado
más allá de la nada, donde la nada es el todo
y el todo hace parte de la nada…
un jardín de dualidades…
donde las flores, los ríos y las montañas de este mundo
solo son un símbolo para pintar
la manifestación de la nada en mi cabeza
la manifestación del jardín en mi aparente absurda locura…
Será que prefiero lo absurdo
lo incognito, lo vago… vago…
¡Una barrabasada! –Piensa la gente-
¡Y a mí que!...
yo sé nada
yo entiendo nada, nada…
mientras nado en la nada,
oigo solo vagadas… adas… hadas…
creo ver hadas y vivir en la completa nada
como un absurdista contento de ser parte del todo.
Ahora suelto estas palabras al fondo del fondo
donde has dibujado estas babosadas,
y libres… que libres sean estas letras… |