Estimado señor Ramón:
Es un gran placer poder comunicarme con usted.Aquí las cosas se están reacomodando lentamente, la tragedia que vivimos con la inundación fue muy grande, pero todo pasa verdad?
No puedo dejar de agradecerle lo mucho que hizo por nosotros.
Pensé en sus sonrisas de payaso, alegrando a niños y no tan niños.Pintando un cielo con un sol bellísimo, mientras afuera llovía copiosamente.
.En un comienzo, debo confesarle, que no me pareció muy adecuada su actitud, pero luego de ver como las sonrisas regresaban a los rostros de todos sentí una profunda emoción.Como alguien con tan poco pudo transformar el ambiente de desolación en casi una fiesta.
Me encantaría saber como llegó a tener esta actitud frente a la vida.
Desde luego no se sienta obligado a responderme.Le envió mi reconocimiento y gratitud.
Atentamente Luisa (la mamá de Estelita).
Señora Luisa;
Reciba usted mis saludos y mi alegra el saber que todo va mejorando.
No siempre fui como usted me describí, hubo un acotencimiento muy doloroso que marco mi cambió.
En el año mil nueve ochenta y siete por un incendio perdí todas mis posesiones.Mi familia y yo fuimos recibidos por un vecino muy generoso, en su casa.
El dueño era un anciano sumamente alegre y desde el comienzo procuro que los niños no sintieran tanto la pérdida.Cada mañana se levantaba y se ponía una nariz de payaso, comenzaba a preparar el desayuno cantando y haciendo trucos de magia.
Una noche mientras todos descansaban, este buen hombre me regalo su secreto pidiéndome que lo ponga en práctica.
-Mire mi amigo, usted va a salir de esto, pero con alegría va a ser más fácil de sobrellevar, porque no prueba?
-Es que no estoy con ánimos de nada.
-Pruebe con esta nariz, (tenia en su mano una nariz de payaso) es mágica, nadie puede resistir la risa cuando se mira al espejo.
Me entrego la nariz y un espejo.
-Si usted lo dice…me la pondré.
Fue tanta la risa al mirarme en el espejo, desperté a todos los que descansaban.Desde ese día estimada Luisa me propuse estar cerca de aquellos que sufren, brindarles este gran secreto y hacer que sus penas sean más llevaderas.
Aquí le envió una nariz, úsela cada vez que vea pena en el corazón de alguien.
Un saludo afectuoso para usted y su familia.
Ramón el payaso.
Payaso Ramón;
Gracias por enviarme ese regalo, nunca terminare de agradecercelo.
Le cuento que su nariz ya es famosa.
Estoy concurriendo a un hospital de niños como voluntaria.Cada vez que entró a la sala me coloco la nariz y recojo sonrisas a granel. Ahora comprendí que el dolor con alegría duele menos.
Que este usted muy bien.
Luisa. (La payasa)
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