No fue el destino ni la mala elección del momento o el lugar.
No fue la imprudencia ni la flojera de subir 50 peldaños de pasarela.
No fueron los 100 Km/Hr ni las 15 toneladas de la gandola cargada de cabillas.
Fue un segundo de duda lo que hizo de Ernesto una amalgama de vísceras y asfalto.
Texto agregado el 30-06-2004, y leído por 337
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Lectores Opinan
22-09-2009
El cogito ergo sum de Descartes fue gestado por la duda hiperbólica de un instante irracional en el cual el mundo se accidentaba sin legítima coherencia. nabrolquiscem
17-11-2004
Es excelente. El final tan sorpresivo como ese segundo de duda. MCavalieri
08-09-2004
que bueno que la sirena viuda me trajo hasta ud. El breve en sus manos está de buenas. gracias por compartirlo hache
30-06-2004
la vi una vez, despues otro auto lo destopelló. Muy bueno viajerodebrooklyn