Como quien escruta, temeroso, con su mano
Ese hueco de sombras donde siempre se creyó
Habitaba una criatura dispuesta a devorarlo.
¿Pero cómo pudo sobrevivir esa criatura
Sin exigir nunca ni un trozo de pan, o cielo
Sin exigir palabras, ni explicaciones sobre
El por qué de su existencia?
Entonces se busca con los dedos
En ese pozo de noche, que solo moja los
Ojos, con su reflejo de agua estancada.
La mano no se moja o el brazo o el conducto
Subterráneo que lleva al corazón…
Y se da cuenta,
Uno, que allí no hay nada.
Solo los restos de una flor, que se dio lugar
Entre las rendijas del suelo, movida por la
Humedad de la noche, y que nadie
Noto,
y sin saber cómo exigir nada
Un trozo de pan, o cielo \ ni siquiera
El por qué de su existencia…
Porque esa agua no moja las manos
Solo los ojos, prescindible.
(Temeroso, por la costumbre de temer a los
Pozos oscuros, creyendo criaturas en el fondo)
Decidí no quedarme parado. Como quien escruta
Ese hueco de sombras donde siempre se creyó…
Detenerse? Dejar morir a las futuras flores?
Por temor, costumbre a lo que no se conoce?
NO!
Hay tantos pozos donde buscar flores en el fondo…
Este pozo estaba vacio…solo humedeció los ojos
Por costumbre…
Cierro las ventanas de mi rostro…
Un pozo menos…-me digo.
Derechos reservados
Ivan Gonzalez Lauc
|