Hoy me di cuenta de muchas cosas. Por empezar, que el destino es definitivamente despiadado con los azarosos errores humanos. Y que no escatima en consecuencias para aquellos que no pensaron dos veces al elegir un camino.
No importa cuan poco crea que pueden cambiar las cosas en un instante. No importa cuan nimio parezca el paso que damos. Siempre estamos desparramando nuestro porvenir.
Hoy entendí que la angustia no es el peor sentimiento. Sino uno que te exprime por dentro, como si todo tu ser implosionara, víctima de un abismo interno. Este sentimiento practica una destrucción desmesurada del hombre.
No hay forma de implorarse piedad a uno mismo. No hay escondite de esa fiera que nosotros fecundamos en el pasado. No hay donde huir sin nosotros. No te dejará dormir el estrépito de tu conciencia quebrándose dentro de tu cabeza. Hoy aprendí, que aunque aún no te he perdido, no es el miedo de no tenerte lo que me tiene atrapado en esta tarde, sino la culpa, por haberle hecho daño a la persona que mas amo en el mundo. Y por último, entendí, después de mirarme al espejo y ver a alguien más...que no hay vuelta atrás, que ya nunca...seré igual.