Debo contarte Maria , que al final no pude , aprender a cantarle a la vieja luna,como habíamos convenido , tantos años persiguiendo estrellas en el piso , repetidos dibujitos en el aire y esta tarde , se me esfuma de repente la magica planta de frijol por la que un dia te prometí , treparíamos hasta las nubes para recojer algodones de azucar.
Esta tarde , apenas puedo apretar el cemento en esta banca del parque de Maria Inmaculada, y mis parpados no quieren cambiar , el dibujo de la tarde,con un golpe de pestaña.
Tal vez , el oficial que se me acerca , confundiendome con un adicto o , la mirada infinita de este perro callejero...reclamando,...pudieran despertarme para seguir buscando esa canción perdida de la luna.