TU COMUNIDAD DE CUENTOS EN INTERNET
Noticias Foro Mesa Azul

Inicio / Cuenteros Locales / fae25 / ¿ya pasó todo?

[C:455579]

“¿Qué hora es?”, escuché una voz que me pareció confusa pero a la vez tan clara que respondí – Son las siete y media-.
En ese momento recordé que mi vida no estaba tan bien, como para perder el tiempo pensando en nada, entonces me senté en el sillón de mi sala, cogí un libro que he estado leyendo hace 1 mes y empecé a leer: Todo lo que necesitas para ser tú, es querer ser tu.
Mientras leía, las luces de la sala donde estaba empezaron a tiritar, como avisando que pronto vendría un apagón, me apuré a leer rápidamente las últimas páginas, pero justo en el instante en el que faltaban tan sólo 3 palabras, vino lo que las luces avisaron.
Mi mente quedó negra, negra como estaba la habitación, entonces vinieron a mi mente las preguntas que siempre quise evitar.”¿Por qué no evité eso?¿Por qué deje que eso pasara?¿Fui lo suficiente corto de entendimiento para no hacer nada?”.
Los minutos pasaban muy lentos, en realidad no sabía si pasaba el tiempo, la oscuridad y mis pensamientos hacían que el tiempo no existiera. Pero no quería más eso, mi mente no soportaba más. Las preguntas aún daban vueltas en mi cabeza, como queriéndome decir que nunca se irían, que siempre estarían ahí.
Traté de salir, traté de escapar, traté de no estar más ahí. Fue entonces cuando la luz de la luna, extrañamente, entró por una pequeña abertura que se hacia en el techo de la casa, iluminando una diminuta parte de aquel recinto. Pero no necesite de más luz para darme cuenta que las cosas estaban más extrañas de lo que parecían.
Miré hacia el frente y vi mi rostro reflejado en un pequeño espejo, que era de grande como mi cara. Fijé mi mirada en ese espejo y noté que era igual a otro que estaba en mi casa y una pequeña calma se apoderó de mi. La tranquilidad no duro mucho, me volteé y me di cuenta que el estante del que minutos, u horas, antes había tomado el libro, había desaparecido.
“¿Será que estoy siendo yo?”. Empecé a girar lentamente y vi un lugar muy extraño, un lugar en el que nunca había estado, o pues eso creía. Lentamente el aire frío de la noche entró, no sé si por el techo o por alguna ventana, e hizo que una hoja cayera en el piso.
Tomé esa nota, me acerque a donde llegaba la luz de la luna y leí: “Querido amigo, el entrar de unos significa la salida de otros, cuando menos lo pienses estarás más lejos de lo que ya estás”
Mi corazón empezó a palpitar muy rápido, mi respiración se volvía cada vez más lenta, mis ojos empezaban a bañarse en lágrimas. La angustia se apoderó de mi. Vinieron nuevas preguntas a mi mente “¿dónde estoy?¿dónde está esa persona que me preguntó qué hora era?¿qué hora es?¿estoy vivo?”
A lo lejos encontré con mi mirada una puerta, una gran puerta que parecía la entrada a otra parte, a otro lugar, quizás a otro mundo. Acercándome a pasos cortos y lentos la puerta se hacia cada vez más alta, pensé que yo estaba volviéndome más pequeño.
Caminé mucho, la puerta aún estaba lejos, me pregunte por qué estaba viendo esa puerta si todo estaba oscuro. Mis sentidos me mostraban una puerta, pero mi razón me decía que esa puerta en realidad no existía.
Aun así siguiendo mis sentidos, no pare de caminar. Más que por ir en contra de mi razón, la esperanza de poder irme de allí, de escapar lo más pronto posible, era lo que me impulsaba y me daba fuerzas para seguir, para alcanzar esa puerta, que significaba para mi la salida de todo lo que me ha pasado, o me estaba pasando.
Al frente de lo que parecía lo que le iba a poner fin a esto, me di cuenta, al mirar atrás, que todo era como verdaderamente era. La sala de la que me acordaba si estaba allí, el estante también estaba, la luz estaba, podía ver todo perfectamente, nunca me había ido de donde estaba, nunca estuve en otro lugar más que aquí.
Pero fue muy tarde cuando descubrí eso, mientras miraba hacia atrás también estaba abriendo la puerta, cuando volví a poner mi vista sobre ella, una luz enceguecedora iluminó mi rostro, y también mi mente, no podía ver que estaba allá adentro. Al dar el primer paso, la luz se desvaneció y me encontraba de nuevo allí, en el lugar en donde todo había empezado, donde estaba leyendo ese libro.
Caí en la cuenta que, no sólo estaba saliendo de ese lugar, estaba tratando de salir de mi realidad, salir de mis pensamientos, de todo lo que en ese momento me hizo confundir. “No salí de un lugar, salí de mi mente, salí de mis pensamientos, salí de mis angustias”. Si eso quería, un cambio.
Ahora sentado en el mismo sillón donde empezó todo, ya ni recuerdo que era lo que me hacia sentir tan culpable, si era algo que pasó o simplemente una situación mental que me llevó a sentirme culpable de nada. Cuando viene a mi mente esa noche no vienen a mi sentimientos de angustia o nerviosismo, sino de cambio, de que las cosas son diferentes ahora.
Quizá lo único que yo necesitaba era olvidarme de todo, olvidarme de las cosas que pasaron; todavía no sé por qué me acuerdo de eso, no sé por qué esa luz como una manifestación divina, cambio todo en mí.
Aquí sentado, escribo esto, para dejar a un lado esto, y olvidarme de todo lo que desde ese día hacia atrás, me había atormentado y me hacía sentir….- Es usted, usted fue-

Texto agregado el 11-06-2010, y leído por 219 visitantes. (2 votos)


Para escribir comentarios debes ingresar a la Comunidad: Login


[ Privacidad | Términos y Condiciones | Reglamento | Contacto | Equipo | Preguntas Frecuentes | Haz tu aporte! ]