cuento en formación.
Ahora Antonio está parado frente a una garita telefónica, aunque recién lo estuvo frente al baño de caballeros aguardando a su fiel compañero; pero en cambio ahora acaba de darle la última pitada a un cigarrillo Camell, mientras que antes esperó paciente a que su amigo por fin orine un galón de cerveza entero, como masticando bronca por el tiempo perdido en cosas de imberbes o en algo tan insignificante que se antepone por encima de lo importante. Las meadas son para los caballos, dijo para si con la voz afónica.
Mientras aguarda paciente, observa extasiado un cuadro precioso de equitación que hay en la vidriera de un negocio lindero de ropas de mujer, esperando tranquilo que Duarte ahora finalice de hacer un llamado telefónico; conversación referida a cuestiones bancarias ya que su cuenta corriente se encuentra sin fondos aunque debería ocurrir todo lo contrario.
Cuando de repente pasa caminando Cristal Martínez, vestida también con ropa como para montar caballos y una fusta en la mano izquierda que nunca suelta, quien deja flechados de amor como para siempre a ambos amigos, tanto a uno como al otro los sacó de la postura habitual, quienes repararon en Cristal de manera alarmante, por sus botas negras, por su talante sin igual, en cuanto que los pelos de los muchachos se pusieron de punta y la piel se les erizó como una gallina sin plumas.
No obstante Antonio hace un denodado intento de fabricar a toda velocidad un piropo ingenioso, mientras tanto Duarte observa atónito por entre la transparencia del material con que está fabricada la cabina el andar majestuoso de la grande heroína; aunque desafortunadamente frente al éxitos del logro la voz de Antonio emerge casi inaudible: La belleza es la reina madre de todas las cosas y usted preciosa la dueña exclusiva de nuestros corazones, dijo casi desinflado producto del propio cansancio observando a su fiel compinche sucumbir de la calentura; fue quedado al recitar sobre todo a partir de la mitad de las palabras, por lo tanto dicha estrofa no obstante bien conjugada, ha de quedar mitad de capital para su acervo personal y el resto en los oídos atentos de Cristal Martínez.
De inmediato le avisa a su amigo por intermedio de una señal que se ha de ausentar por un minuto, más con el andar de un potro salvaje vuelve a la carga para intentar seducir desde ese lugar.
Pero justo doblando la esquina, a los pocos metros, la espera Lucas, su actual marido, quien al verlo no duda en propinarle un fuerte empujón con el pecho, que a su vez provoca un desparramo de peatones, obviamente afectados sentimentalmente por el trauma de la inseguridad, que como consecuencia, sin pensarlo, por el simple hecho de estar asustados y ser bruscos al momento de expresar sus emociones, golpean la moderna garita que medio se tumba con el amigo dentro.
Parece mentira pero Duarte Molina aun así como un muerto dentro de la burbuja de acrílico de forma ovalada al servicio de la comunicación, continúa hablando del problema que lo aqueja que no le ha de permitir cerrar una operación importante, ahora maltrecho estando indiferente a las leyes físicas que determinan su destino enfocado en el presente. Más del acaudalado sudor que siempre lo acompaña, pues así lo prefiere, descienden gotas que van entrando por su oreja derecha hasta dar con el tímpano, por así decirlo, parlotea a sus anchas respondiendo sobre algo que mucho no le gusta conocer.
Pero la discusión con el rufián continúa pues lamentablemente Cristal Martínez, de veintitrés años de edad, aun estando muy divertida no desea transigir con el galán inclusive haciendo aprobación de lo que hace el bruto de su marido insistiendo con querer matarlo a trompadas.
Cada uno con su telenovela propia navega con su febril imaginación dentro de una feria plagada de ilusiones, pero al cabo de un momento como para recomponer la figura neutralizaron el factor odio y comenzaron a hablar en serio sobre el inconveniente por el cual continúan absurdamente enfrentados.
Momento donde Antonio Toledo ofreció sus disculpas al matrimonio argumentando que todo lo que hizo de tan malo fue solo dejar escapar un simple piropo a alguien que bien lo merece, que ello fue una forma de decir una gran verdad metida en un refrán con letra de poesía, pues claro siempre ignorando que fuera casada.
Más enseguida cuando Duarte Molina salió del entuerto, descubre que el marido de la muchacha es Lucas Giotto, un antiguo conocido que por mala información recibida daba por muerto.
Luego de presentarse los cuatro con saludo de manos entrecruzadas, aunque bajo circunstancias disparatadas se puede afirmar que se hallan a gusto, pero además Duarte y Lucas, por motivo de los hechos del pasado que fueron paso a paso relatando enseguida se percataron que su historia en común es más importante de lo estimado.
Por otro lado quedando como resultando una evidente simpatía natural que profesan los dos restantes. Ella, quien permanece atada sin decir ocurrencias y Antonio que por nada del mundo le quita los ojos de encima.
Como sea allí nomás decidieron entrar en la pizzería que tienen al frente a conversar sobre los pasos a seguir, debido a que sin excepciones tienen interés de volver a encontrarse, de continuar haciendo planes para el futuro.
Tienen en común que a los cuatro les encanta montar a caballo, pero que además son capaces de hacer cualquier cosa con tal de apoyar las nalgas en alguna montura de cuero, sin exagerar es lo que más les agrada hacer en la vida, aunque sea montando un burro con orejas largas como las de un conejo, sumado a que también les gusta hablar mucho del mismo tema, de manera obsesiva, compulsiva y de ser posible todo el santo día.
Cristal practica salto hípico y sueña con algún día tener un caballo propio para poder salir a trotar por la llanura.
Por su parte Lucas, a pesar de tener solamente veintiocho años, en alguna etapa de la vida fue variador en el propio hipódromo de San Isidro, aspirante a comandar un pura sangre (a decir verdad un acomodado en el puesto por virtudes de su abuelo, quien fuera socio vitalicio del Jockey Club) pero que supo fracasar por el simple motivo de que nunca logró entrar en el peso correspondiente. Pero no obstante donde conoció a Cristal, su mujer desde hace tan solo seis meses, además de la cual está sumamente enamorado, en una oportunidad en especial en que corrió en una competencia de caballos, en la categoría de perdedores, en la que por suerte entró tercero ahí nomás del ganador.
De todos modos por igual adoran estar cerca de éste mundo.
Resultando ser que Duarte Molina está a punto de adquirir un caballo de paseo, para su uso privado, y vale aclarar también el de su amigo Antonio, que vendría a ser otro fanático del grupo, pero más que nada de andar paseando por el campo, fumando pipa, inclusive arriba del carro del lechero si así fuera menester.
Pero Hércules, así se llama el caballo en cuestión, es un animal que no tiene por qué andar envidiando al más pintado, pues es mezcla de pura sangre de carrera con algún ancestro árabe, por lo tanto es muy ligero de abajo más es un animal robusto, bastante fornido.
Pero por ahora el mayor problema que subsiste, que tira todas las ilusiones por la borda, es que la operación comercial por el equino, en primera instancia ha fracasado rotundamente; justamente puesto que el pago en cuestión no se ha acreditado como correspondería.
Pues entonces ahora si que corren serios riesgos de perder al deseado animal llamado Hércules ya que existen varios interesados más.
Ellos aun continúan estando en la pizzería libre, en los postres, pero resulta que han comido demás como verdaderos lirones por lo tanto no les entra nada en la panza.
Es muy llamativo observar como siendo que recién se han terminado de comer no obstante ya se hablan como parientes, se dirigen la palabra como verdaderos amigos de toda la vida.
Sería un gran error pensar que Duarte Molina acaso sea una persona de mucho dinero, acaudalada, perteneciente a la clase alta; no obstante es una categoría social que ocupa gran parte del territorio que comprende el afluente del río de la Plata; pero no; por lo que gasta, por donde vive, no es más que un ciudadano común de esos que abundan en la zona norte del conurbano bonaerense; haciendo un tets de asistencia social se podría establecer que es un fiel exponente de la clase media Argentina, pero que de allí no pasa.
Agregando que aparte de Duarte, que trabaja en la contaduría de un comercio importante, y de Antonio que a rajatabla es un verdadero bohemio, de buena familia eso si, pero que vive pidiendo prestado a cuanto se le cruce por el camino, aparte tenemos al matrimonio, que a partir de hoy serán sus nuevos grandes amigos, que se dedican exclusivamente a comercializar alimento balanceado para animales y que pronto han de inaugurar un galpón que ofrece forraje al menudeo, o sea, al decir de estos lugares de América del sur, apenas comenzado el siglo veintiuno, una vulgar forrajería.
Pero lo que es verdaderamente singular, algo como para destacar con ahínco, cosa que nadie acostumbra hacer, es el hecho de querer poseer un caballo como mascota, ya que aparte Duarte Molina tiene pensado llevárselo a vivir al jardín de su morada. Motivo por lo cual la propia Cristal Martínez sugirió la santa idea de mejor alojar a Hércules en el propio comercio de forraje.
Vale aclarar que por su parte Antonio Toledo es ayudante en todo lo concerniente a esta sana aventura, a sola condición de que luego pueda montar el animal cual si fuera su dueño.
Luego de finalizada la reunión en la pizzería El trébol, que da inicio a esta amistad en conjunto, la cuestión con relación a Hércules quedó establecida en términos muy diferentes a lo anterior expuesto, ya que habiéndolo decidido en comunión, urgente irán a presentarse, al otro día de mañana temprano, con el dinero en efectivo como para cerrar la negociación definitivamente.
Entonces los dueños han de ser el matrimonio Giotto y Duarte Molina, quienes pondrán la friolera de mil dólares cada uno, mientras tanto que Antonio por carecer de divisa en el corto, mediano, y largo plazo, al que sería muy injusto comprometerlo a saldar una deuda, solo será considerado como uno más de la familia que lleva los gastos pagos.
Pero lo sorprendente fue cuando ya estando en la calle, en la vereda, pasa una camioneta amarilla con un furgón detrás, que arrastra con sumo cuidado, apto como para trasladar animales, con un cartel que dice: Se vende, y no va que se detiene justo en el semáforo, que aparte está en rojo, donde a sus pies se encuentran esperando los cuatro amigos.
Quienes no dudaron un segundo en preguntar primero, más enseguida sin dar vueltas adquirir el rodado, con promesa de hacer un solo pago al contado, dinero que irán a poner de su bolsillo el matrimonio, para luego ser dividido en tres partes iguales, exceptuando al vago de Antonio.
Cuestión que a la madrugada siguiente del día sábado ya están los cuatro metidos en el auto de Duarte Molina, con el trailer que hubieron adquirido por la noche enganchado detrás, por supuesto del apuro atado con sogas, todos listo como para salir rumbo a la ciudad de la Plata en busca del nuevo integrante del clan.
Pero no crean que resultó sencilla la compra total de Hércules, puesto que antes tuvieron que someterse a la suerte de un remate por tanta cantidad de interesados que había, para lo cual la suma inicial finalmente se duplicó, aunque lo abonaron de todos modos y al contado como era menester, pues por suerte en su momento algo supieron presumir que ello podría ocurrir y entonces trajeron dinero extra como pelear la situación.
Actualmente Hércules se aloja en la forrajería, pero no teman pues lo tratan como a un perro faldero o como a un héroe. Si no es con uno será con otro pero en concreto se la pasa yendo de aquí para allá en carácter de paseo.
En poco tiempo ya lleva conocido: los bosques de Palermo, en el que bebió agua del lago hasta sesear la panza, varios country de la zona, donde Antonio rezagado va juntando la bosta a medida que hace sus necesidades, el hipódromo de Palermo, la costa Atlántica a la cual ya viajó en tres oportunidades, donde anduvo galopando sobre los médanos; y aunque parezca muy exagerado, también conoce la cama matrimonial donde descansan Cristal y su esposo, mueble importante por cierto, lugar donde estuvo acostado y durmió una breve pero linda siestita.
Hasta inclusive, cosa que nadie del grupo más que Antonio conoce, hubo arrastrado un enorme carro en un desfile de una exposición de antigüedades.
Con decir que Lucas, a tan veloz que es Hércules galopando, estaría tramitando la posibilidad de que debute en una carrera oficial nada menos que en el hipódromo de San Isidro, por supuesto bajo su conducción, puesto que desde ayer se ha puesto a dieta estricta como para bajar de peso y no se piensa rendir.
Pero una mañana, Antonio Toledo de pésimo talante, tomó el auto de su padre dirigiéndose directo a la forrajería, primero enganchando el trailer con dificultad más enseguida hizo entrar a Hércules de buena manera, marchando a toda prisa con destino incierto. Literalmente huyó secuestrando al animal, a un campo en las afuera de la provincia de Buenos Aires, sin previo meditar las consecuencias judiciales, ni tampoco en reparar que unas lindas amistades que daban comienzo se acaban de hacer trizas, llevando al tordillo Hércules a estar en un campo con él a la espera de una recompensa afectiva.
Ni en la propia provincia de Buenos Aire, ni tampoco en toda la república, después de muchos intentos los pudieron encontrar, por mucho tiempo los hubo buscado la policía por cuanto rincón existe con resultado negativo, hay más de una denuncia en su contra pero no obstante nadie sabe donde pueden estar.
Antonio trastocó su aspecto físico y el del animal, estando alojados en una chacra que encontró abandonada cuando estaba soltero, a tan solo doscientos kilómetros del mar metidos en el continente. Rápidamente pintó la casa y mejoró el aspecto del lugar. Mientras tanto sus amigos se desgarran por la ausencia del amado Hércules.
Cristal deambula por la vida con aspecto fantasmagórico y Lucas llora por cualquier motivo. Pero no obstante la amistad del matrimonio con Duarte Molina continúa firme con pasos hacia adelante ya que nunca lo culparon de nada de lo que está sucediendo, conociendo a la perfección todo lo que él por su parte está sufriendo.
Pero Antonio ayudado por su propia familia, quienes colaboran en la mentira con todo lo que haga falta para llevar adelante la trama, puesto que en su mayoría opinan que ellos son un pequeño grupo de gente mentalmente hablando insana, que lo mejor es dilatar los sucesos para que por lo tanto haya mucho menos enfrentamientos, siendo de esta manera su suerte en adelante una cuestión de lo que hagan los terceros.
Y de paso Antonio se mantiene entretenido en algo relativamente sano sin joder tanto a los demás, puesto que es bien sabido por la comunidad lo que su accionar cotidiano ocasiona que también deja que desear (Conceptos que siempre deja establecido su padre al resto de los familiares minutos antes comenzar a manducar).
Pero no obstante Antonio allá metido en la distancia, lejos del hogar paterno y de la férrea amistad que aun con sus amigos sostiene en sus adentros, ahora hace una vida bastante tranquila apartado de tantísima locura.
A decir verdad a su tiempo cada uno fue haciendo de sus locuras, de sus propias macanas. Ahora Antonio, quien usurpa una porción de tierra, con una choza abandonada que supo restaurar, hizo sacrificar un ternero del vecino para hacer un estofado de carne, con alguna pasta, para compartirlo de corazón con su amado Hércules, quien para nada rechazó la novedosa dieta; más después de semejante plato propicio para una buena indigestión, a la hora de la siesta hizo arrastrar a Hércules un tractor de la estancia donde están ambos escondidos, yendo el animal haciendo la defecación con extraño elemento desconocido para un animal de su especie, con forma de rulo o de merengue.
Los demás amigos, los verdaderos propietarios de Hércules, muy por encima de Antonio en su momento hicieron de las suyas también de gruesa factura, motivo de la sublevación del convidado al ver semejantes hechos de irresponsabilidad que ponen en peligro la integridad del ser amado.
Han trascurrido tan solo cinco días desde que Antonio huyera con Hércules, y ya en derredor de esta historia se llevan facturados un tercio de la deuda externa, en dinero de moneda fuerte.
Por ejemplo, días previos al secuestro, Cristal Martínez queriendo hacer un salto ornamental sobre un rodado, vehículo del parque automotor, de tipo convertible, descapotable, le propinó sin quererlo una tremenda patada al acompañante del rodado que allí viajaba de segundo, mientras que con el jefe de la travesía esperaban con prudencia con la barrera baja el paso del tren, dejándole una marca en el rostro producto de la tal irresponsabilidad, por el contacto de la herradura al momento de producirse el impacto, con forma de medialuna del tamaño real de una medialuna de grasa de panadería, que cual figura decorativa seguramente vaya a acompañarlo hasta el fin de su preciado destino, por consiguiente reclamando la víctima una suculenta indemnización; acorde a la importancia del damnificado, que básicamente es un profesional de la moda que usa su cuerpo para hacer fortuna, amén de que Hércules podría haber quedado manco, hecho que hace irrelevante la prueba a su favor.
Por su parte el marido de Cristal, Lucas, tiene el hábito de montarlo cuando el animal descansa tranquilo en el establo, durante horas, cuando por ejemplo luego de trabajar una jornada completa en la forrajería se queda refugiado en el local haciendo horas extras, donde prefiere subir al lomo de Hércules a leer revistas o inclusive a meditar sosteniendo arriba del amigo una postura corporal de tipo hinduista, pero que de todos modos hace sentir el peso al pobre animal, enseguida provocando en la columna de Hércules una deformación importante que casi le depara el final de su vida en manos del necesario sacrificio como única alternativa, además de suculentos gastos en medicina.
Por su parte Duarte Molina pone mucho énfasis en enseñar a Hércules lecciones de idioma a expensas de volver loco a Hércules, al punto tal que a la fecha, aunque se encuentre cautivo y hace varios días no tome clases, cuando tiene apetito sabe golpear el suelo con alguna de las patas delanteras tres veces para hacer conocer de su necesidad, además de enseñarle un complicado sistemas de signos como para que Hércules cambie de paso cuando lo sabe entrenar para competir de manera profesional en el propio hipódromo conducido por él mismo.
Lo cierto es que luego de un minucioso rastreo los tres pudieron localizar donde se encuentra Antonio escondido. Y rápidamente se aproximaron al lugar indicado, con resultado negativo ya que alertado del acoso Antonio marcho hacia otro lugar.
Pero no obstante a los pocos días derribaron esta segunda coartada logrando encontrar al caballo Hércules con el sublevado peón y amigo.
Entonces se sucedió una escena espeluznante de teatro del oprimido pero de verdad, donde cada uno desvió esgrimir el argumento de la angustia para encontrar una reconciliación para el grupo.
De lo que resultó que el trío conformado por el matrimonio Gioto con Duarte Molina, propietarios del propio Hércules, luego de una acalorada discusión reveladora, que trascurrió en la estancia que dio refugio a los sublevados, las cosas volvieron a su cause normal pudiendo de esta manera regresar todos a sus hogares empezando la historia de nuevo pero desde otro lugar diferente ya que de paso limaron serias asperezas.
Quedando Hércules alojado en la forrajería igual que antes de la ausencia obligada pero con la diferencia que ahora allí ambos pernoctan, no deseando Antonio regresar a su antiguo hogar, de donde partió para siempre.
En poco tiempo Antonio pasó de tener un aspecto normal a ser un ser con otra fisonomía, motivo por el cual su padre junto con su familia ahora pretenden internarlo en un psiquiátrico. De barba exuberante, cabello sucio, la piel escamada por falta de higiene, Antonio esquiva los dardos tranquilizantes que le disparan para así atraparlo como a un oso peligroso.
Días pasados el grupo completo organizó una linda cena para festejar el tercer cumpleaños del equino, y de paso sirvió de asamblea de reconciliación de los integrantes, sito en la propia Forrajería. Allí hablaron de todos los temas urticantes llegando a la conclusión de que deben permanecer unidos más que nunca y de paso forjar un vínculo indestructible, que permita que siempre sean buenos amigos. Pero llegando a la conclusión de que algo extra debe intermediar en la relación, como por ejemplo una sociedad comercial, una empresa donde todos sean parte integrante, excusa esencial como para que nadie los pueda separar.
En si la forrajería no es muy rentable que digamos, pero de todos modos decidieron continuar sosteniendo dicho emprendimiento, dejando a Antonio de encargado y a Hércules alojado en el mismo lugar de siempre.
Más luego de horas de deliberar han optado por instalar, en un local alquilado, un restaurante de comidas inventadas por ellos, es decir a cada receta de las tradicionales incorporales un vuelta de imaginación, un agregado que sin desnaturalizar el plato establezca una sustancial diferencia con el original.
Por este motivo al día siguiente almorzaron nuevamente con la sola intención de definir el menú del futuro restaurante, además del nombre comercial, el cual luego de una ardua jornada de discusiones quedó definido como Hércules, igual que el caballo motivo de esta historia.
No resiste análisis el hecho de que Antonio halla sido elegido para cumplir con el rol de cocinero en el restaurante Hércules, más que nada porqué la realidad exige respuestas acertadas. Pues aun habiendo mejorado sustancialmente su aspecto a partir del cuidado que le profiere Cristal, con tratamientos para el cabello a base de champú y cremas enjuague, más el resto del cuerpo y de toda su persona, que es custodiada con extremo empeño, inclusive su psiquis, aun así sigue siendo por encargo el loquito del grupo.
Lo que ocurre que luego del examen a que se vieron sometidos para comprobar con exactitud quien es el mejor en el arte de cocinar, se llegó a la sana conclusión que el mejor chef por lejos es el propio Antonio; que dicho sea de paso anda por la vida enpastillado por pedido de su padre, quien lo auto-receta hasta el extremo de dejarlo duro, como para quedarse tranquilo de conciencia de que el hijo no le hará macanas que lo pueda seriamente comprometer.
Por su parte Lucas quedó señalado como el que le sigue en orden de idoneidad culinaria.
Lo que finalmente se hizo fue mudar el negocio de alimento para mascotas a la forrajería y en dicho local instalar el negocio de comidas para humanos llamado Hércules, igual que el caballo que poseen en común.
Antonio y Lucas los cocinero, más Cristal Martínez de Gioto, pues ella está siempre pendiente de la mirada de su marido, y el millonario Duarte Molina son los únicos mozos del lugar que se encargan de todo el resto; de lo que ocurre en la trinchera donde se esconden del acecho del enemigo.
El diario de la zona se hizo presente el día de la inauguración, donde también asistió el padre de Antonio Toledo, aunque en esta ocasión de buen talante con los deseos puestos en que haya paz y prosperidad.
En si el menú contiene los mismos platos que un restauran tradicional, solo que a cada uno de ellos se le acopla una modalidad diferente a la tradicional, en vez de pan rayado, alguna harina gruesa a base de cereal, utilizando en los rellenos berenjena, o quizá hinojo, apio cocinado al vapor; repollitos de brusela, mucha mezcla de diferentes lechugas.
En medio de la ceremonia de inauguración, en pleno festejo se hizo presente el caballo Hércules. Todos aplauden la llegada del verdadero Hércules que da origen al nombre del restauran en cuestión.
Entonces Antonio Toledo abandonó su tarea de cocinero yendo a recibir a su mantenido, a quien le hizo acercar una docena de bocados de acelga.
Pero antes de preguntarse como es que llegó hasta allí, se encontraron con la imagen de que las calles están colmadas de equinos que venidos de otro mundo tienen un solo ojo nomás. Pero que ocupan las calles, que los hay por miles. Antonio con su gorra de cocinero intentó escapar de esa locura montando a Hércules con urgencia. Su padre que observa de la cocina agarra una cuchilla de carnicero e intenta reducir a su hijo aplicando mayor fuerza que nunca antes. Falló en su intento por amedrentar al hijo, que ahora es un hombre con agallas pero sin poder escapar.
Hay miles de caballos venidos del más allá ocupando las calles de todo un enorme pueblo. Ellos tienen diversos colores pero son mayormente tonalidades sin brillo, pero si con luz.
El cuerno del buey metido en el culo doblado para arriba.
Pregunto ¿y que se hizo de la oruga cuando se muto en otro ser, una cascarita de lastimadura, pregunto, en el propio ser que la sucede se quedaron sus restos, en parte del cuerpo o la piel del que sigue, del que continua la vida cual posta?
De la tropilla de caballos con un solo ojo, que nadie sabe de donde salieron, como es que aparecieron, si acaso fue Hércules el culpable, quien asistiera a la inauguración sin previo aviso, el que los llevó hasta el restaurante que lleva su nombre, pues dios visita la tierra en el personaje que desea (pues a fin de cuenta lo que vale es disfrutar de un destino).
Pero luego de una persecución por todo el territorio nacional, estos caballos de fantasía, aunque reales como elefantes del África, comenzaron también a volar por el aire, hasta que al final se retiraron para el espacio, como si hubieran venido de otro planta se fueron galopando por el espacio sideral, que ni los satélites los pudieron detectar.
Eso si de toda esa tropilla quedó una potranca en compañía de Hércules.
Como resultado quedaron estos cuatro amigos, que con tanto sacrificio adquirieron a Hércules y que desde hace un buen tiempo vienen criando con amor desmezurado, con un par de caballos para así amar por separado, el uno terrenal, la otra quizás venida del cielo. Pero lo que más urge es ponerle un nombre e invitarla a vivir con ellos.
Brenda, finalmente le pusieron Brenda, porque a Antonio se le ocurrió y todos aceptaron.
Luego de finalizada la inauguración regresaron de inmediato a la forrajería, donde el propio Antonio de allí en más, muy contento se queda con ellos día y noche para cuidarlos.
La sociedad como siempre no dio cuenta del fenómeno ocurrido; vendría ser así, como este hecho milagroso se suscitó de noche tarde y duró solo una media hora, todos piensan que fue una comparsa que ensayaba la rutina para los próximos carnavales.
Entonces nadie hizo reclamo de Brenda, quien sin dudarlo permaneció al lado de Hércules más luego se retiraron juntos.
Brenda y Hércules pasan los día sin separase, parece que fueran padre e hija, pues si bien Hércules se muestra contrariado se comporta cual si fuera solamente un padre.
Brenda tiene un ojo grande que le atraviesa por todo el frente de la cara, y también un solo párpado únicamente, que aunque suene disparatado Antonio supo atar del centro de la carta con un punto de sutura como para formar un pliego donde ahora se ven dos ojos, pero con la peculiar formación final cual si fuera una yegua bizca. Pero a decir verdad se debe destacar que le queda muy bien el cambio, luce más bonita que si tuviera el párpado libre, con decir que Duarte trajo a Brenda al Hipódromo de Palermo, siendo que toda la caballada no escatima doblar el pescuezo, faltaría que hagan el silbido típico que indica que se está diciendo un piropo.
Ahora Lucas Gioto, se puso a varear a Brenda en la propia pista principal, pudiendo observar, comprobar por vez primera, la enorme capacidad para desarrollar gran velocidad que tiene su compañera y mascota. Con el agregado que en este preciso momento, en el que con seguridad acaba de marcar un nuevo record, justo cuando ninguna persona mira, Brenda levanta vuelo a cien centímetros del piso; aunque pasado el disco de llegada aterriza sin problemas, con suavidad sobre la arena.
Esto de que la yegua sepa volar fue una gran sorpresa para Duarte que enseguida supo transmitir a sus compañeros de grupo no bien se hizo presente en el restauran donde trabajan los cuatro.
Pero no nos engañemos, a ninguno les resulta extraño que Brenda tenga dicho poder de volar, de levitar. Sumado a que el propio color de su pelaje verdoso se asemeje a las plumas de un canario, y que la estampa sea la de un equino de gran porte con las crines largas como expuestas al viento o a las virtudes artísticas de un eximio peluquero, peinador excelente, pero finalmente de mediana estatura casi lindando con el tamaño de un petiso; todo esto hace rememorar a un juguete con vida, a un ser increíble.
Hércules sabe lamer como un perro el cuerpo de Brenda, tal cual hacen los gatos con su cuidado personal y el de sus crías, así la pone de punta en blanco brillando como sandía luego de ser lustrada con una franela.
Antonio, con su genio de artista, tiene pensado fabricar un trineo para con Brenda en las navidades surcar el espacio esparciendo regalos. Cristal Martínez realizar un viaje a Europa, en cambio su marido Lucas ganar un clásico del grupo uno y después el Pelegrini y el Nacional. Por su parte Duarte usa a Brenda para hacerse notar en las reuniones sociales, más como aun no han adquirido un segundo rodado donde transportarlos lleva de a uno por vez.
Todo trascurría sobre ruedas hasta que la negatividad golpeó la puerta de la forrajería, porque existe un raro clima familiar en el entorno de Antonio Toledo.
Las malas lenguas comentan que su padre progenitor tiene pensado meterlo por la fuerza en un manicomio, como resultado de estar arto de ver a su hijo divagar a dos motores contando historias sin sentido, absurdas, oloriento además oficiando de cocinero. Cuando la realidad indica que nunca cruzan palabra, que lo que llega a sus oídos son chismes de gente envidiosa que le relatan la realidad tal cual es, pero que él entiende para el lado de los quinotos cual si fuese todo producto de un delirio de Antonio que cuenta con la lengua sin pudor. Y en cuanto al aspecto físico nadie mejor que Cristal Martínez para atestiguar en su favor ya que ella misma se encarga de incitarlo a mantenerse presentable.
Más a la semana de ser amenazado con la probabilidad de semejante acción, de recibir por escrito la sentencia de tener que ajustarse a encarrilar su vida o a sujetarse al chaleco de fuerza; Antonio decidió entonces volver a esconderse en un lugar apartado y desconocidos por todos.
Yendo a parar allí acompañado de Brenda quien no dudo en volar para ganar en eficiencia.
Pero el padre obstinado con llevar a cabo sus planes se dedicó a buscarlo por toda la republica, hasta que claro logró capturarlo, solo sin ayuda de nadie, quedando mano a mano con su hijo como en una doma donde el jinete lucha contra la furia del animal; más cuando estaba a punto de lograr su cometido a base de fuerza bruta, inesperadamente Antonio lo redujo primero a escombros y después lo engrilló a un árbol sin miramientos de la conciencia. Y como broche de oro rodeó a su padre de alimentos no perecederos y agua como para que pueda sobrevivir, mientras en discurso expresó su disgusto por ser tan perseguido por la sociedad; más enseguida montando la potranca partió de la misma manera que cuando arribó al lugar, enseñando a su padre la verdad de que Brenda sabe volar, y que de ninguna manera las cosas que dicen, que pervertidas llegan a sus oídos, son un delirio de la conciencia.
Ya de vuelta en la forrajería volvió a incorporarse al restauran, pero en esta oportunidad a modo de prevención armado hasta los dientes como para repeler cualquier ataque o emboscada. Pero muy inquieto y angustiado, al ver que éste no se hace presente para continuar el combate, solicitó a su gran amiga Cristal que fuera a inspeccionar si su padre se encuentra con vida o aun atado como en su momento lo dejó.
Ahora ante la primera semana que ya quedó atrás y el comienzo de la segunda desde el inicio de la contienda, resulta apasionante observar su rostro de triunfo que choca contra el calor del verano, sobre todo al enterarse que aun después que Cristal espiara de lejos sin ofrecer ayuda nadie acude en su rescate, que por suerte continua amordazado deglutiendo como puede latas de conservas que el pobre destapa una tras otra al son del zumbido de los insectos. Finalmente el propio Antonio dio aviso al resto de la familia de lo acontecido, pudiendo este hombre quedar liberado a las pocas horas de la confesión. Quien no dudó en regresar al boliche a continuar con la casería.
(Ahora es de lamentar que el muchacho haya tenido que asesinarlo, hiriéndole de muerte, primero lastimando el cuello del agresor quien se desangró hasta la última gota, con la misma cuchilla con que siempre corta la carne como para hacer milanesas, puñal que reflejó cual espejo la dramática escena).
Pero hete aquí que la víctima es un ser humano, por lo tanto si Antonio pretende sortear las consecuencias, deberá continuar su historia en otro sitio, bajo un hoyo o algo así, en algún lejano lugar.
Pero existe un enorme misterio que forma un cause por donde todos descienden como en picada.
Cuando ellos se conocieron enseguida se estableció un misterio que es como la llama encendida que los mantiene abrigados del frío social.
Este misterio se refleja en una fuerte atracción entre ellos, cual si unidos fueran el cuerpo de dios:
Por qué la cabina telefónica en un comienzo se derrumbó misteriosamente, a su vez alguien robó el fondo de la cuenta bancaria, Cristal quedó tan hechizada de Antonio no pudiendo mover las piernas para continuar la marcha, mientras Antonio con hermosa voz, que él mismo desconocía, le susurraba una canción de amor como venida del más allá. Mientras que Lucas ofendido dominó por vez primera su impulso de reaccionar que tanto lo caracteriza. Después cuando sellaron el acuerdo en la confitería como para entre todos adquirir a Hércules también se sucedieron cosas impactantes que acentuaron la intuición que germinó en sus almas, de que algo sobre natural domina el destino de todos.
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