Suena un piano en el cielo,
su sonido baja profundo, lento,
mojando de esperanzas
los sueños que aún tenemos
y me siento menos muerto,
mis propias cenizas
me susurran al vuelo.

De nuevo suena música,
proviene del lecho,
celestial sinfonía de susurros,
piel y secretos.
No se pierde la pasión
si no cesan los besos,
no se pierde la pasión
si no cesan los deseos,
pasión y carne,
besos y deseos
y tu como con aire de ausencia
marcando con gestos
preguntas sin respuestas
que al responder invento,
empieza otro juego,
historias, cuentos
y la mañana aparece,
la guitarra se compadece
de estar olvidada
en el rincón del silencio
y se siente celosa
de que solo suena
cuando en ti pienso.
Y la mañana amanece,
la noche huyó entre flirteos
y la mañana enloquece...
viendo que los que ya estaban locos
ahora se duermen.

Otra mañana amanece,
otro día pasó y yo...
me siento aún menos muerto.

Jerez, 10 de Junio de 2010