Vastas las noches resistiéndome a ver
Vasto el mundo que entregó aquellas murallas doradas
Si caminé descalza, no fue porque lo quisiera
Tan sólo mi famélica felicidad me impidió ver los zapatos
Que protegerían mis pasos al andar en tus caminos
Me resistí a ver la realidad
Me resisto aún a pensar
Que las cosas no son como las quise
Que es más duro el andar…
Aún mi ser es cándido
Aún mi ser confía en aquel río que murmura
Enhebro la risa al corazón,
Me lleno de esperanza, cicatrizando las alas heridas
Y dejo de mirar hacía atrás donde las estatuas mueren
En el crepúsculo.
Texto agregado el 09-06-2010, y leído por 137
visitantes. (5 votos)