Me la paso pensando en él aún en los momentos menos adecuados. Ha llegado a mi vida de una forma casual como cualquier otro pero tan diferente que ha anclado en mi mente e intenta entrar en mi corazón.
Yo no deseo sufrir así que resistiré pero no sé cuanto tiempo más pueda aguantar. Deseo tenerlo cerca, escucharlo e impregnarme de su olor hasta marearme. Mientras no me pierda quiero seguir viéndolo pero no de la forma que él quiere. Es hora de que me conozca, que sepa mis ambiciones, miedos y pensamientos. Es así como él llegará a quererme más y lo dejaré pues una no termina tan herida sabiendo que significaste algo y no fuiste una más en su lista. Me interesa que me vea realmente y no ser un recuerdo de llavero en el ego de aquél patán.
Quizá compartimos demasiado pues nos une el deseo, la confusión, amistades, pasión pero sobre todo la misma barrera que le fijamos al amor. Aunque él diga que me quiere, no es algo que demostraría publicamente y menos me propondría algo serio. Yo tampoco le exijo ya que no quiero llegar a necesitarlo de una manera posesiva y dañina. Me gusta la libertad tanto como a él y por eso nos alejamos en el deseo.