Se me antojó desnudarle
aunque ya no estaba el mapa de su piel,
salí de golpe a la calle
cigarro en la mano, ganas de correr.
Tantos noviembres pasados,
cuanta lluvia estancada en el andén…
tantos dolores urbanos,
uno solo que me hace sentir tan bien.

Huele a beso encerrado
Por océanos de sol, tinta y también
vino de pera añejado
en los labios de un hijo del café.

Tengo desorden de horario,
Ya no sé cuando le vi la última vez
¿Fue en ese calendario
de hace pocos años que vi hace un mes?
¿Era princesa en un cuento,
o un borrón de tinta sobre mi mantel?
¿Un soneto no resuelto
o un poema recitado a mis pies?

Tengo un cigarro apagado
sobre el pecho de un amante del placer,
un vampiro fatigado
hecho letras que se quieren releer.

Huele a beso encerrado
por océanos de sol, tinta y también
vino de pera añejado
en los labios de un hijo del café.