MIRADA DE PERRO
Payaso es un perro que se llama ‘Payaso’ ¿por qué mis hijos le pusieron ese nombre?, no lo sé. Pudieron llamarlo ‘Boby’, ‘Lobo’, ‘Rin tintín’ o cualquier otro nombre de perro, pero su nombre, aunque parezca extraño, es así: Payaso
No recuerdo cuándo ni cómo apareció en casa, o quién lo trajo, ni por qué se quedó con nosotros. Payaso es un perro al que nunca le conocimos historia, dueño, raza ni pedigrí.
Como Argos con sus enormes ojos escrutantes camuflados en su mirada de embeleso vigila en silencio, silencio de palabras, ¿Y para qué palabras?...
¡Qué vida tan simple y buena la de Payaso! no hay en él lucha por el poder, ni angustia existencial, ni dolor del amor, y no sé, si siquiera si él sabe, que un día va a morir. No sabe de infidelidad, egoísmo y doblez y por eso no necesita pedir perdón, estoy segura que Payaso irá algún día y sin escalas a un cielo de verdad
¿Cuántas veces me he preguntado irreligiosa si Dios hizo a Payaso a su imagen y semejanza? La verdad, no lo sé. De lo que sí estoy muy segura que no fue necesario expulsarlo del paraíso, pues, nada sabe él de la soberbia, del querer ser Dios, ni del bien y del mal.
¿Será entonces Payaso más afortunado, más coherente y sesudo que yo?, Estará él más cerca o más lejos de lo que con tanto anhelo y busco y no lo encuentro yo? ¿Oh tal vez él ya lo encontró…?
Loja 16 de marzo de 2007
Zoila Isabel Loyola Román
ziloyola@utpl.edu.ec
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