Inicio / Cuenteros Locales / aracnido_incomprendido / La muerte de los que se aman
Tendremos un lecho de suaves olores,
divanes profundos como sepulturas,
y flores extrañas en aparadores,
para los dos abiertas bajo albas más puras.
Su calor postrero usando a porfía
serán dos antorchas nuestros corazones,
que reflejarán sus dobles hachones,
espejos gemelos, en tu alma y la mía.
Hecha de azul místico y rosa, una tarde,
cambiaremos ese relámpago que arde
cargado de adioses, cual largo sollozo;
Y después un ángel, abriendo las puertas,
vendrá a reanimar, fiel y jubiloso,
los espejos turbios y las llamas muertas. |
Texto agregado el 08-06-2010, y leído por 240
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