El cielo se oculta tras la oscuridad del dióxido de carbono, y yo espero la micro, con la música sonando en mis oídos y un bolso sujeto a mi hombro.
Un par de gotas solitarias caen sobre mi cabello, pero la micro no llega, y me comienzo a desesperar.
Fue un día agotador, si, y ahora solo deseo llegar a mi hogar.
Un paradero, en pésimo estado, bajo mis pies el barro, frente a mi los autos corren, a mi lado un perro, y la micro llega al fin… pero llena… y por quinta vez, tendré que seguir esperando.