...Entonces Jesús, coronado de fieles, camino hasta alcanzar la cima, y al lograrlo, su rostro se volvió hacia la multitud jubilosamente enardecida, pero sus ojos prudentes, fueron más allá de la plebe extasiada, y se posaron en la triste figura de un negro, sentado de espaldas sobre una roca, tañendo un desconocido instrumento. Jesús, sorpendido y perturbado por el singular hallazgo, le habló de la siguiente manera:
-Hey, tú... ¿Por qué no vienes a apaciguar tu tristeza junto a Dios y a tus hermanos?
Un silencio abrumador reinó desde la cumbre hasta el valle, y no hubo un solo mortal, que se atreviera a respirar siquiera, luego de aquella insatisfecha pregunta.
...El negro detubo sus manos, la música murio en su diestra, y luego de una pausa que presagió tormenta, sin siquiera voltear su oscura cabeza, sus labios, delataron su sentencia:
-Tanto a mi alma, como al diablo, les debo estas tristes cuerdas. Ahora es tarde para arrepentimientos, para dogmas, para estériles sendas, ...ahora y hasta la muerte, tan solo blues, en el llanto y en la miseria.
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