Su mundo colapsó en el segundo que trató de huir y se dió cuenta que no podía... los hilos no se rompían.
Fué cuando se paró en esa ventana a ver el horizonte en una tarde de junio en las costas de Bizcaia. Volteo a ver hacia el ventanal. Los barcos y veleros eran muchos, la gente caminaba al lado de la costa. A sus espaldas todos brindaban, a su frente el mar la llamaba. Estaba sola... allí parada, detrás de esa ventana, viendo el horizonte. De repente sintió una mano sobre su hombro, un abrazo en sus piernas, su mirada y al cerrar los ojos... se dio cuenta que estaban todos allí... parados, a su lado. El hombre que le ha regalado la vida ya dos veces, la madre que le ha enseñado a luchar, la hermana que he llamado amiga, la hermana que no conoce, el amor que dejó ir. Y él... él sonriendo desde lejos, sentado en aquél sillón donde de niña la veía jugar. Estaba allí, como lo había estado toda la vida. Sentía sus precencias a su espalda, una fuerza indescriptible le cubría. Abrió los ojos... pero no había nadie.
No creo en almas gemelas, pero si en hilos. Hilos que atan tu alma a otras. Hilos que construiste, hilos que encontraste. Cuando los encuentras... la interacción es tan perfecta... sonríes... lo dudas... no lo crees que exista esa alegría tan perfecta, esa tristeza tan grande, esas lágrimas tan reales... ese amor tan verdadero.
En esta corta vida, he encontrado varios de éstos hilos.
Lo acepto... los intenté romper, los intentaron romper... y oh descubrimiento, no es posible hacerlo. La distancia es irrelevante, las peleas y los años de ausencia mucho más. Hay algunas cosas que son estáticas en esta vida, la familia es una de ellas, pero hay otras que están atadas a tu alma y no tienen nada que ver con dónde y cómo veniste a éste mundo... estos son los hilos.
No sé si habrán otras vidas...?
No sé si este es el inicio y el fin...?
No sé que pasará el día que mi respiración sea cada vez más lenta, cada vez más leve, mi piel cada vez más fría, mis ojos nublados caigan en un profundo sueño y por mi mente pasen las imagenes del día que buscamos el tesoro en la casa o la vez que lloré en el cementerio en tu regazo, o el día que salí huyendo de casa.
No sé que pasará después de esto, después de éste efímero momento... que llamamos "vida".
Solo algo si sé... no me iré sola... los hilos vienen conmigo. |