De nuevo enfrentados, la celulosa y este vacío que me recorre, me atropellan luces, y me dejan desierta de ti. Aún no lo comprendo, mi voz en un hilo imposible, el poco verde que me queda pendiente de esa maraña, el aire preso en los pulmones, mis ojos intentando retener el grito que escapa. Tu ausencia, indiferencia, tu educada despedida. El silencio. Y ya, sola en mis pensamientos, fluyo calle abajo, vago distraída, como si no tuviera por rumbo el triste regreso, - nunca tuve más hogar que tu abrazo-, pienso. Mientras camino, te imagino, bajando detrás de mí, viéndome poner los pies, uno tras el otro, sin orden ni concierto, falta de esperanza, devorada por tus ausencias, la mirada perdida, el gesto inerte… Yo solo, te imagino... |