VIEJA CANCIÓN.



Busco a la vieja que atiende la verdulería...

Agrietada y sinuosa, casi detestable.

Llena de arrugas, con aliento nauseabundo.

¿La conoces?.....


En cierta ocasión me miró fijamente, mientras me entregaba un kilo de tomates.

Tan marchitos como ella, menos hediondos que ella,

pero que eran sus ojos de búho que se

reflejaban entre los caminos del escorbuto.


Pensé en renunciar, en volverme loco, en follarla y decirle que la amaba.

Penetrarla con intensidad, montar ese saco de arrugas sobre el mostrador.

Mientras por la radio la Edith Piaf,

¡tan mirona qué es!.. ayudara a ello.


Si la conoces, ¿me la puedes presentar?...

Busqué por montones en mi biblioteca esa imagen,

a esa vieja que remata vegetales en la

esquina.


El problema es que las esquinas abundan,

así como la hipocresía en tiempos de paz....

He llegado a pensar que un disparo,

y los muertos, son muestran de sinceridad.....



¿habrá que pagar ese precio, amigo?......


Ahora quedémonos con la vieja, que todavía no la encuentro.....

Y busquemos la vieja canción.