¿Qué designio queda para el pobre bondadoso, que procura el bien y sufre el dolor de la prcuración?. Imposibilitada su alma de serparase de lo que su corazón le marca, huye del desprecio, de la denigración y de la falsa devoción. ¿Que error existe para el que vaga con la aspiración del aprendizaje, y la humildad de la mejora.? Calma en paz, sensibilidad sensible, el dolor de no ver resultado alguno, ¿será eso lo que esconde el no deber esperar? ¿Acaso alguien puede obrar bueno y no esperar ni siquiera un arreglo? No se pide premio para el alma, y menos para el cuerpo del que con devoción mira el blanco en vez del negro, pero por lo menos desea que algún efecto tenga, sino ¿para que sirve algo inútil que queda sin efecto ni consecuencia? Y entonces, ¿que será la reflexión más que un laberinto sin salida premia, ni sentido alguno, más que perder el tiempo en vueltas que no han de servir a ninguno? Y me pregunto, ¿cuánta fue la paciencia del devoto, del santo y el piadoso que siguieron su obra sin ver ninguna mejora? O es que ¿solo algunos tienen el poder del cambio, y a otros les queda la resignación de no poder hacer mal, pero tampoco del bien obtienen paz buena para el que la desean? Irónica vida, que sorprende desde cualquiera de los caminos que la sigas, si lo haces por el recto te sale torcido, si lo haces por el torcido te sale recto. ¿Será eso que solo obtendrémos? la burla de una ruleta rusa que nos da no solo ausencia de respuestas, sino multitud de preguntas inconexas¿ Es ese, el sentido, no obtener nunca el atismo mínimo de un camino correcto? |