La dormita Ahora que jugando a la dormita Sin saber con quien ni donde, Empiezo a extrañar el lugar Y el color del espacio necesario. Tampoco sé para que lo necesite, Pues los que me siguen nunca me Encontrarán. Tal vez ellos Tampoco sepan quien soy yo. ¿De donde ha salido pues la idea De jugar a la dormita, si ninguno Sabe nada de un grupo extinguido? Seguro es, eso sí, que la Maquiavélica masa existió, Y dejó de herencia Las malas intenciones. Aguadulce, junio de 2010 José María de Benito
Texto agregado el 01-06-2010, y leído por 134 visitantes. (4 votos)