...aquí estoy, aquí, en la ventana. ábrela. déjame pasar un rato, estoy algo cansado, he venido de lejos. shh, estoy aquí, pero silencio, que no se enteren los vecinos, que nadie oiga que te llamo. no puede haber testigos. si alguien me ve me desvanezco. soy como un sueño que se estira en la vigilia. un frágil puente al infinito...
he sentido tu llamado. has dicho que hace mucho no escribía. no estoy seguro. no habito ya en el tiempo sino en un presente eterno, un constante ahora donde cada movimiento es como un trazo, un gesto que bien podría leerse como una carta. querida amiga: he sentido tu llamado, y aquí estoy, aquí, justo en tu ventana. ábrela. déjame pasar un rato. víveme, así como se vive un sueño o el vuelo de un pajarito por sobre los tejados.
estaba por dormirme un día. y en ese mágico momento donde la noche disuelve toda distancia o estructura, sentí la vibración de un sol que nace, aquí dentro, donde el universo está ya en los ojos con que miro, donde el mundo entero se entrelaza en la respiración tranquila que me nutre. y el sol nacía solamente por capricho o porque era justo y necesario que naciera. así como tu imagen en mis párpados cerrados.
...pensando en vos es díficil no sentir un rayo que atraviesa todo un mundo tan sólo para llegar a tu ventana y susurrar: aquí estoy, aquí. vívete. puede que el sol sea sólo tu reflejo... |