Asustada y aún consternada asomó su pequeña cabeza por el hueco que servia de salida a su mansión subterránea. Cielo azul, pasto verde, nubes blancas y espesas... lo mismo que veía todas las mañanas desde que tenia memoria, todo menos la cara de su mamá hormiga. Juana tenía los ojos hinchados luego de una noche completa de llanto, luego de que en la tarde anterior, ese extraño hombre que vestía de jean aplastara a su mama con unos tenis Nike negros talla 38...
Así pasaron los días y Juana siempre salía de su agujero y veía lo mismo... cielo azul, pasto verde, nubes blancas y espesas. Pero ese día Juana decidió que quería cambiar, ser diferente para que jamás le fuera a suceder lo mismo que a su mamá hormiga, así que Juana decidió convertirse en pájaro para poder volar muy lejos cada vez que ese hombre que vestía de jean con unos tenis Nike negros talla 38 se acercara a su pequeña mansión. Juana salió a conseguir hojas secas y paja para construir unas alas que le permitieran cumplir su sueño, y alejarse del daño que aquel extraño pudiera producirle. Tres días y dos noches completas de trabajo fueron suficientes para conseguir su obra maestra, Juana termino sus alas y se las probó, le quedaban perfectas.
A la mañana siguiente asomó su pequeña cabeza por el hueco que servia de salida a su mansión subterránea. Cielo azul, pasto verde, nubes blancas y espesas... pero ese día era diferente, ese día Juana lograría por fin su sueño de volar y escapar de aquel extraño que se había convertido en su peor pesadilla. Juana se puso sus alas, y salió caminando a través del jardín...
...PLAST...
-¡¡¡Víctor ven a comer!!!- gritó la señora que esa mañana llevaba tacones rojos de 12 cms de altura talla 36, y que caminó sin siquiera preocuparse por destruir aquel mundo desconocido y maravilloso que existía bajo sus pies, aquel mundo en donde vivía una hormiga... aquel mundo en donde Juana iba a convertir su sueño realidad, su sueño de volar.
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