Juancito gozaba del seno materno mientras buscaba su sueño y su hermanita contemplaba la escena arrugándose la puntita de su falda.
-Ven, Carolina, siéntate a nuestro lado- dijo la madre tomando con su mano libre un libro de tapas azules.
-¿Leo?- preguntó ella a su hija.
-Si, mami.
-"Había una vez un hada..."-comienza la mamá susurrando.
- ¿Un cuento de hadas?. ¡Sí...! ¿Cuál de ellos me contarás?- Carolina estaba deseosa de escuchar.
-."..un hada que fue enviada a cumplir una misión en la Tierra".- prosiguió la mujer, mientras observaba también que su bebé estuviera cómodo.-"Al finalizar con esta, desplegó sus alas y de regreso a su reino, vio a una niña reposada plácidamente dormida sobre un jardín de hojas de otoño.
-¡Qué hermosa imágen!-pensó el hadita- parece como caída del cielo..."
-¿Del cielo?... Aquí no más- acotó Caro cuando al segundo gritaba- ¡Ay, mamita! Juancito se ha enredado en mi trenza.
-Ay, bebé- dijo la madre, mientras desanudaba los deditos de los cabellos de su hermana y luego siguió-"Para aseverar que esta chiquita pertenecía a la Tierra, el hada volando se acercó a ella, tomó con su aterciopelada mano la carita a los costados de los sonrosados labios de la criatura y la miró con toda dulzura. Esta quedó embelesada y comprobando que sí era una criatura terrenal, se dirigió hacia su reino..."
Luego , la mamá viendo a su bebé dormido lo acostó en su regazo , mientras en voz alta agregaba:
-Por eso, mi niña, es que llevas al costado de tu hermosa sonrisa esos hoyitos. Ellos son los sellitos del hada - Pero al terminar de decir esto, la madre giró su cabeza hacia un costado y pudo ver que Carolina reposaba dormida en graciosa actitud, sobre su sabanita de hojitas doradas y entre sonrisitas con suspiros.
La mamá contempló con dulzura la escena, bostezó y se acomodó entre sus niños, para también soñar un poquito. El libro quedó abierto junto a ellos. El Hada de los Hoyitos protegía sus sueños.
(Recuerdos de un cuento que me contaban cuando era niña que lo incorporé a un hecho de la vida cotidiana).
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