El territorio Peruano es extraordinariamente irregular, parece un trozo de tierra estrujado por una mano descomunal, esta constituido por cordilleras, macizos, altiplanicies y llanuras en toda su extensión, la cordillera de los andes es su gigantesca columna vertebral, que la divide en tres regiones con caracteres propios, hacia el mar la costa estrecha y larga, hacia el oriente la selva inconmensurable, en medio de ellos se levanta majestuoso los andes, como una muralla inmensa y azulada, traspuesta las moles se extiende la sierra hermosa, al avanzar veo el paisaje sugerente, en el camino va un campesino arreando su burro cantando un huaynito, me detengo a escuchar su canto que dice:
Por los senderos de esta vida
Muchas veces encontramos
Al placer que va de prisa
Y el dolor que anda despacio.
Avanzo y llegamos a las peñolerias de huayllay, un bosque de piedras en este extraño museo de la naturaleza, pasma el alma contemplar estas rocas, suma y compendio petrificado de la vida inanimada, astral y terrena, imaginable e inimaginable, pirámides, puentes futuristas, arquitectura de trazo inconcebible fuera de sentido, faunas vistas y desconocidas, anatómicas y monstruosas, contubernios de volátiles y mamíferos, de peces invertebrados y crustáceos, floras de forma tan variable, seres que copulan en diferentes poses, entes terráqueos y extraterrestres, lo que la mente no entiende, el misterio.
La creación compendiada en estas rocas calcáreas, corroídas por milenios, gastados por las aguas, buriladas por el viento, nieladas por el sol, que mente cósmica se deleito forjando este parque universal de todo lo existente, en que momento de insania después de darle vida, lo fosilizo, sorprendiendo de pronto su movimiento como eternizando la muerte, en ese preciso micrón de segundo, ante este bosque de piedras de huayllay, solo se puede pensar que el escultor a sido Dios, aquí se debe venir a aprender y estudiar.
Continuamos avanzando y llegamos a las pampas de bombón, las estepas cubiertas de pastizales y un poco mas allá el espejo del lago de Junín, donde se puede ver reflejado el cielo en todos sus colores, después vienen las llanuras que cuentan las hazañas de los húsares de Necochea y Suarez, proseguimos y silencio, sol y viento aquí esta nuestro señor Jesucristo y con el su tristeza.
|