CON LOS MONJES DE SILOS
La sombra del ciprés, vuela alargada,
Lanza al cielo su verde surtidor…
En el claustro de Silos, la alborada
Clarea entre salmodias al Señor…
Es domingo, la Pascua celebrada,
Preside, jubiloso, el buen prior…
Los monjes, en plegaria comunada…
Gregoriano, en un mundo pecador.
Sin mundanal estruendo…, qué quietud,
Qué dicha, cuando todo se serena,
En quien dona su vida y juventud…
Y, bendecir a Dios…¡qué gran faena!...
¿Do habría de encontrar más beatitud,
Si alberga, en su alma, la alegría plena?
E.c.g. 29 mayo 2010
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