Caracas, 28 de Mayo del 2010
Reflexiones sobre Oliver Stone – ¿O cuántos protagonistas actúan en un documental?

A los que nos gusta el cine no puede sorprendernos que el ciudadano Oliver Stone esté trajinando el mundo de la política desde hace unos años. No se nos olvide que estamos en la presencia de un personaje que viene atormentado y cercenado desde la guerra de Viet Nam, a mediados de la década del 60. Atrás quedaron los glamorosos estrenos en los 70 de Expreso de Medianoche, Pelotón y Nacido el 4 de Julio en los 80, y la siempre bien recordada JFK en los 90, (en mi opinión una de las mejores en cuanto al contraste entre la Justicia, El Poder y la Hegemonía de los Medios, a veces para aclarar la verdad, a veces para esconderla), junto con Asesinos por Naturaleza. Ahora nos sorprende Stone, casi cuarenta años de experiencia en el medio de la filmografía con South of the Border – al enemigo hay que hablarle en su propio idioma- y por invitación popular asistimos al estreno en Venezuela, en el propio centro de la tormenta.

En este tipo de filmografías la lucha entre el bien y el mal es evidente y para poder distinguir quienes son los muchachos de acción, los malos de la película y los héroes preferidos se requiere sentido común, contexto de tiempos históricos, pasión libertaria y un gran amor por la soberanía y la dignidad de los latinoamericanos (me imagino que a ningún opositor se le ocurrirá ver esta película, ellos se la pierden).
Es una película no convencional, tipo documental donde coexisten en el ciberespacio de la política, varios protagonistas principales, tal vez cientos, que pueden ser millones. El ciudadano Oliver Stone , es uno de ellos, quizá representa el alma de miles de estadounidenses que no están de acuerdo con las decisiones imperialistas de las autoridades cupulares que mueven los hilos del poder; esa actitud depredadora, a veces llamada política internacional que se mueve como un frío monstruo de mil cabezas a escala planetaria y les da lo mismo introducirse militarmente en Vietnam, en Panamá, en Haití, en Irak, en Afganistan o en donde les plazca, con la complicidad mundial de la Organización de Estados Americanos o de la Organización de Naciones Unidas.

El ciudadano Hugo Chávez es otro de los protagonistas: militar venezolano que desde hace más de 20 años ha cometido el atrevimiento de oponerse a lo establecido, Chávez el revitalizador de Simón Bolívar y la integración de los pueblos en la modernidad. Jacobo Arbenz en el pasado, también militar de izquierda, intentó enfrentar a la United Fruit y puso a trabajar a la CIA, para desplazarlo del cargo de Presidente de Guatemala en los años 50. Salvador Allende desde la tumba de la dignidad también ocupó su puesto como protagonista en este documental que tiene la virtud de expandir los tiempos históricos. Y seguimos viendo en la película, sucesión de protagonistas, aunque no estén,
a los Guevara, los Castro, Zapata, Gaitán, al Zapatismo, Sioux, los Ortega. A los millones de indígenas que luchan desde el anonimato para no perder su identidad, en primera fila los excluídos de siempre, esto es la virtud resaltante de la muestra cinematográfica de Stone.

Pero también están como protagonistas las sombras y los cuerpos intensos y emotivos de millones de latinoamericanos que protagonizan heroicamente estos tiempos de lucha: Los movimientos populares. Aquí más que documental asistimos a las crónicas del Siglo XXI. Los venezolanos que estamos acompañando al Presidente Chávez en esta construcción lo estamos apoyando con sus defectos y sus virtudes. Esto lo muestra el film; Chávez es un humano como cada uno de nosotros: se equivoca, siente dolor, cansancio, destroza la bicicleta, maneja un vehículo mientras habla y agarra hábilmente las maracas para animar un encuentro, Chávez estudia de noche Política, Historia y Filosofía, y al día siguiente recita de memoria Florentino y el Diablo, mientras toma un café negrito y es uno más de nosotros. Por eso y por identificarse pasionalmente con millones de venezolanos de una manera natural es que lo quieren, lo aman y es el líder desde hace más de 20 años, con mucha fuerza en los últimos diez. Los Gringos que están en el Poder lo satanizan y hablan de un Estado de Forajidos.
Por esto lo odian desde la oposición venezolana: porque se ha interesado genuinamente por los apartados y separados del mundo y esto no se lo perdonan desde las alturas del Imperio. Sin embargo Stone lo comenta al referirse a la Energía de Hugo Chávez... Es un Toro... Y esto es una gran verdad, Chávez es arrechamente trabajador, se preocupa como ninguno por los problemas de su país.
Esto lo transmite en cada momento de su agitada existencia. Da el ejemplo, y el que no lo pueda seguir... sencillamente se va quedando atrás en la historia. Este es el reto y la reflexión para el debate. También están las luchas de Evo Morales en este protagonismo sin fin, Correa y su emblema de juventud, Cristina y su Esposo en Argentina, Lula con sus sabias palabras, Lugo y nos va quedando un etcétera de personajes que se extienden hasta el infinito. La intensa sensación que esta cronología nos va mostrando y enseñando con cada imagen y con mucho ruido al oido es que algo serio está pasando en América del Sur; tomando la genial frase de Cristina Fernández que ahora ... los gobernantes se parecen a sus pueblos...

En fin, sería interesante que este documental fuese exhibido en toda la Geografía Nacional, de manera pública, en plazas, en foros institucionales, escuelas y universidades; nos imaginamos que algún opositor inteligente se atreverá a verlo, tal vez empiece a pensar con seriedad y se dé cuenta que lo de las Bases Militares en Colombia no es jugarreta ni exhibicionismo gringo; es posible que recapacite y se ponga a pensar si de verdad los poderosos vienen por nuestros recursos naturales, bosques, agua, petróleo e infinidad de materias primas. Con mucho cuidado tal vez la almohada le explique un poco acerca de los planes desestabilizadores ideados y planificados desde los Servicios de Inteligencia Americana. Quizá entienda que las FARC y el ELN son beligerantes y están defendiendo desde Marquetalia en el 46 y desde los años 20 con las luchas de las Bananeras sus derechos a la posesión de la tierra.

Puede ser que South of the Border – un traductor para los escuálidos, por favor – sea una renuncia discreta a el fin de la historia de Fukuyama de los año 90 o un tiempo importante para cambiar de paradigmas en el sentido de una nueva oportunidad para retomar la vanguardia de la politica desde Latinoamérica. Esto es un reto generacional y detrás del Presidente Chávez vamos millones de personas .... No se equivoquen gobernantes y admiradores del Imperio ...