2.- Amor
El Rey Zarco había muerto y nadie sabia en manos de quien, la esposa de Zarco, en todo su dolor, decidió enterrarlo lo antes posible para que su pequeño hijo no tuviera que ver el cadáver de quien fuese su padre, el reino entero se unió al dolor de Shiva la reina de behien y esposa de Zarco, mientras era llevado en su hermoso carruaje, adornado con bellas flores color violeta en su impresionante caja de oro, fue en ese momento que Shiva recordó el pasado de quien fuese su único y verdadero amor.
Para Shiva era revivir momentos hermosos, que se hundían en el dolor y la amargura que ahora sentía, cuando ella conoció a Zarco eran muy pequeños, niños prácticamente y fue en la forma menos usual.
- Zarco: hoy por fin cumplo trece años de edad, cual será mi regalo padre?
- Padre de Zarco: Tengo un regalo especial para ti, pero tendras que esperar hasta llegada la tarde para saber que es.
- Zarco: debe ser enorme e impresionante…, es enorme e impresionante verdad?
- Padre de Zarco: ya lo sabras en su momento.
Zarco era muy desesperado, e impaciente con todo, salió del castillo y decidió tomarse el tiempo en otras cosas hasta que llegara la tarde, las ansias de recibir su regalo eran grandes, pero sobre todo saber que es lo que era, le ocasionaba demasiada intriga.
Si había algo por lo que el príncipe Zarco era conocido, era por su gran espíritu aventurero, y claro el nunca salía sin su buen amigo Gringall, quien era hijo de un herrero, Gringall y Zarco, degustaban de explorar el bosque, o buscar criaturas nuevas, cazar y por que no hasta contemplas el paisaje, pero ese dia Zarco quería otra cosa, algo que simplemente fuera una distracción.
- Zarco: es un aburrimiento total el dia de hoy gringall
- Gringall: de que hablas a un no hemos recorrido ni la mitad del bosque, hay miles de criaturas por cazar y dices “aburrimiento”?, debes estar bromeando.
- Zarco: bueno…la verdad estoy impaciente por mi regalo, mi padre no quiso decirme que era, pero me dijo que seria impresionante y único, exactamente que debería creer que es…
- Gringall: no lo se, pero que te parece si hacemos algo en lo que lo descubrimos, mmm podríamos ir a la cueva del bosque, la que bautizamos como Rainheart, seria una gran aventura y nos llevaría toda la mañana y parte de la tarde, que dices.
- Zarco: claro por que no.
Zarco y Gringall salieron hacia el bosque, llegaron hasta la cueva y exploraron tanto como pudieron, y si, sin duda fue una gran aventura, Zarco había descubierto cuatro extrañas piedras de colores hermosos, y Gringall, bueno su mejor logro fue sobrevivir una caída de dos metros y el ataque de un enorme animal de la cueva que también habían descubierto, a si paso la mañana, y parte de la tarde, y los niños decidieron regresar para la gran sorpresa de Zarco, que sin duda después de tanto mencionarcela a Gringall en la cueva, el también moría de curiosidad por saber que demonios era, puesto que juntos habían pensado en mil y un posibilidades.
Pero justo cuando se encontraban a unos pasos de salir del bosque escucharon un grito, parecía ser una mujer, Zarco corrió inmediatamente hacia donde se había lanzado el grito y Gringall lo siguió, corrieron tan rápido como pudieron y por fin llegaron a un solar en donde se encontraron con una niña que estaba siendo amenazada por un grupo de grandes lobos, rápidamente Zarco desenvaino su espada y se abalanzo sobre uno de los lobos Gringall lo hiso sobre otro, en ese momento Zarco dijo.
- Zarco: tu! Corre ahora!
Al escucharlo la niña corrió tan rápido como pudo rumbo a bahien, Gringall volteo rápidamente, y derribo al ultimo de los grandes lobos.
- Gringall: ja! Esto no es suficiente?!
- Zarco: valla si que eres rápido, esos días en la zona de lobos te sirvieron de mucho, pero…
- Gringall: pero?, que es lo que pasa?
- Zarco: debemos irnos rápido antes de que…!
En ese momento de la nada salieron cinco grandes lobos mas, Zarco y Gringall estaban rodeados, la situación era algo critica y no sabían que hacer, entonces de entre los arboles tres piedras dieron contra dos de los lobos, haciéndolos voltear, Gringall entonces decidió utilizar su mejor técnica, corrió rápidamente mientras Zarco lo cubría de los otros lobos.
- Gringall: haora tomen!, called the master!
Enterró su pequeño cuchico en uno de los grandes lobos e hiso volar a otros dos, mientras tanto Zarco también atacaba a los demás.
- Zarco: Fatal Blow!
Con su espada cargo energía e hiso retroceder a los grandes lobos lo suficiente para terminar con uno, con una simple estocada.
- Zarco: deberías utilizar esa técnica otra vez
- Gringall: me gustaría pero apenas puedo hacerlo una vez.
Zarco tomo a su compañero y corrió hacia bahien, lo mas rápido que pudo.
Salieron del bosque, y cayeron en lo pastos de bahien, ambos exhaustos se encontraban tirados en los pastizales, de repente Zarco lanzo una carcajada, y Gringall también
- Zarco: creo que ese regalo ya no será tan interesante después de esto…
Zarco regreso al castillo, en donde lo esperaba su padre, entro al gran salón, y espero su famoso regalo.
- Padre de Zarco: bien Zarco, e de decir que esto no es realmente un regalo, sino, algo que ya estaba predestinado a que pasara, y espero lo realices como se debe.
Zarco quien ya estaba confundido, no podía entender que es lo que estaba pasando, de entre las cortinas, el padre de Zarco llamo a una pequeña joven, tenia cabello plateado y una piel blanca y de textura suave como la nieve.
- padre de Zarco: Zarco, ella es Shiva, es tu prometida.
Zarco quedo anonadado, trece años de edad y su “regalo sorpresa” resulto ser una prometida.
- Zarco: gracias pero no la quiero…
- padre de Zarco: de que hablas, ella ya es tu prometida la quieras o no.!
- Zarco: no lo acepto!.
Zarco corrió hacia la explanada del castillo, mientras su padre y shiva se preguntaban que seria de ambos, por un lado el padre que intenta mantener la sucesión y por otro la mujer que trata de hacerlo posible.
Zarco corrió hacia las mazmorras del castillo, entro en la cámara de armas mágicas salió por una puerta detrás de las dagas hacia un enorme patio, era el techo del castillo, corrió y corrió disminuyendo su velocidad, hasta terminar deteniéndose por completo, Camino hacia el borde del techo.
- Zarco: pero que clase de regalo es… es!… eso!!, ridículo.
Pero Zarco sabia verdaderamente lo que significaba esto, el anuncio de la sucesión de su padre, el momento de nombrar al siguiente rey estaba echo, sin embargo zarco no lo quería a si, el ya no era un niño y entendía perfectamente el por que, pero para el había algo mas, la libertad, el era un príncipe lo quisiera o no sin embargo, muchas veces deseaba no serlo, deseaba, haber nacido hijo de un herrero, o hasta un simple panadero, no importaba mientras su libertad y albedrio fueran eternos, pero no era a si, y menos ahora que una semidesconocida se encontraba esperando que cogiera su mano en matrimonio, para el era el fin, el fin de su libertad eterna.
- Zarco: injusticia…
De repente alguien respondió a su reniego
-Shiva: lo se y lo lamento.
Zarco volteo estrepitosamente como si hubiera visto a un crill detrás de el.
- Zarco: Que?, que haces a qui?.
Mientras Zarco se acercaba lentamente con una expresión de enorme sorpresa en su rostro, y entonces se detuvo a solo tres pasos.
- Zarco: te e preguntado que haces aquí
Shiva se agarro las manos detrás de la espalda, y con una mirada directa y algo fría respondió.
- Shiva: solo quería saber si estabas bien
- Zarco: que si estoy bien?, valla que pregunta es esa, es obvio que lo estoy, pero con una gran sorpresa que no esperaba y que no vaticina cosas buenas.
Zarco miro al piso con una mirada despechada y regreso a ver a Shiva quien parecía estar muy apenada.
- Zarco: escucha no es tu culpa, mi padre planeo todo esto, el…, el solo lo hace por el bien de este reino, y el de los demás, yo lo entiendo, pero es que… fue tan rápido, y jamás pensé que fuera algo tan precipitado, algo… a si.
- Shiva: bueno… de echo yo quería saber si no te había lastimado con las piedras y si no te habían lastimado esos animales
Zarco cambio su expresión de frustración inmediatamente y con una cara de admiración dijo.
- Zarco: Que?!, como?, tu aventaste las piedras?, significa que eres esa mujer!
- Shiva: si, aunque como están las cosas ahora, creo que no a ver gritado hubiera sido lo mejor.
Zarco no podía creerlo la mujer que había salvado de la muerte, era la prometida que tanto detestaba, el mismo se había propuesto el destino que no deseaba.
- Zarco: pero que dices, morir no es una alternativa, tu requerías la ayuda fueras quien, fueras, pero nunca hubiera esperado que fueras tu, perdona mi rudeza.
Zarco se arrodillo ante Shiva y agacho la cabeza
- Zarco: lo siento, pero… no puedo hacerlo, no puedo, es como renunciar a mi propia existencia, no puedo…
- Shiva: Se que es difícil, pero tu eres el que fue elejido para esta carga, y perdona si soy la causa de perder tu libertad, pero te entiendo y si a si lo quieres, entretendré al rey mientras tu escapas, y logras la libertad que tanto deseas.
- Zarco: que?!
Zarco levanto la cabeza miro a Shiva mientras se acercaba a el y se arrodillaba
- Shiva: tu eres Zarco el príncipe, descendiente de la familia bendecida por odin, eres el único que puede deterner a la maldad que surge del Ragnarok, pero…, también eres un ser humano, y si lo que deseas el la libertad con mucho gusto pagare mi deuda con tigo y te ayudare, cueste lo que cueste.
Zarco sabia lo importante que era su libertad, sabia que podía hacerlo, sabia también cuales eran las consecuencias que tendría que enfrentar Shiva, y lo que pasaría si no había mas descendientes directos.
- Shiva: vamos, ahora tu corre, es mi turno de pelear por ti.
- Zarco: Espera!
Shiva se detuvo inmediatamente y volteo a ver a zarco, quien se encontraba incado con el rostros hacia abajo, se levanto poco a poco y levanto la mirada.
- Zarco: que dirían mis amigos si supieran que tu has vencido al poderoso zarco…, lo siento pero eso es algo que no puedo permitir, además…, no me debes nada, y aunque a si fuera nunca lo aceptare, quedo claro.
El rostro de Shiva mostraba impresión, sin embargo no podía esperarse menos de Zarco el futuro rey de behien, entonces Shiva cambio a una mirada mas alegre y se encamino hacia la puerta, se detuvo, volteo y dijo.
- Shiva: y que ordenas hacer ahora?
- Zarco: bajare enseguida...
- Shiva: estaré esperándote
- Zarco: por cierto…
Shiva volteo rápidamente
- Zarco: gracias…
Zarco sabia lo bello que es la vida, la libertad y la pasión de vivir, sabia que podría vivir para siempre como un aventurero, explorando y descubriendo, conocer el peligro de cerca, y por supuesto vivir como nadie, pero también sabia que no podría hacer nada de eso sabiendo que todos los que morirían por el deseaban lo mismo, zarco tomo su decisión la decisión que logro gracias a ella.
Diez hombres tomaron la caja de oro, mientras el resto del reino lloraba la muerte de su rey, las mujeres pensaban el por que había pasado tan catastrófica tragedia, los hombres miraban al cielo buscando las respuestas para su ira y tristeza, los niños bajaban las cabezas pensado que tan lejos llegarían ellos, y los ancianos veían a su rey y volteaban, tratando de olvidar con valor, a aquel que lo dio todo por ellos.
El rey entro a su sepulcro, con su reina viva detrás de el, se abrió su tumba y se coloco dentro de su hermosa caja dorada, salieron todos y con un hechizo de sello, la tumba cerro, cerro consigo a Zarco y a un dolor que no conocía limites.
El rey ya no existía mas, el niño, el aventurero, el descubridor, había echo exactamente eso, y Shiva lo sabia, bajo las escaleras, y en el ultimo peldaño regreso su mirada hacia el enorme sepulcro, miro con anhelo, como si zarco fuese a revivir de entre sus restos, pero ella sabia que eso no pasaría, entonces con un sonrisa de dolor recordó una cosa mas.
Después de bajar las escaleras de la mazmorra, volteo hacia arriba, y tubo un presentimiento, extraño e intrigante, entonces lo supo, volteo la mirada al frente como en aquella triste ocasión, ella lo sabia el nunca lo dijo, pero ella sabia que había sido también su primer y única gran amor, sin embargo el ya no bajaría mas por esas escaleras, Shiva lo sabia, camino mientras el resto de la gente la seguía, esa era la mayor de sus tristeza, saber que esta vez el no bajaría mas por esas escaleras.