Árbol,
levanten tus raíces
en escombros
este suelo infértil.
Que tanto muro estéril
reverdezca. Y se derrame,
en un entrecruzarse infinito
de malezas, cada rama abriéndose
camino
al vórtice preciso
de la existencia.
Que en cada grieta o resquicio
devenga en hálito, se haga
hélice la semilla que antes fuera
sólo grava piedra cáscara
-esperanza en todo caso-
rodando vagamente sobre el pavimento.
Y regurgite; se desborde
en movimientos, resarcido
todo espacio. Se descubra
en cada paso el mundo recubierto
por el respirar acompasado
del reencuentro
alfombrado con enredaderas.
Sobre toda ruina se yergue siempre alguna hierba.
Texto agregado el 24-05-2010, y leído por 213
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Me gustó mucho, tiene fuerza y recordé estas palabras: "El ser humano sabe hacer de los obstáculos nuevos caminos porque a la vida le basta el espacio de una grieta para renacer. En esta tarea lo primordial es negarse a asfixiar cuanto de vida podamos alumbrar." (Sábato) Buenas letras!
Parnaso