Cuenta la leyenda que hace años allá donde el camino se esconde vivía un hombre llamado Carlos el cual fabricaba carretas de madera. Él decía que la madera de roble que había en la montaña Del Muerto era la mejor.
A las doce de la noche lo veían salir de la montaña con un montón de carretas.
Cuando Carlos estaba en el pueblo, ese pueblo era muy feliz, la tierra, sus árboles, su gente... todo prosperaba, hasta que un 12 de septiembre Carlos murió.
Desde ese día todo fue infortunio, no llovía, escaseaba el agua, la comida... pero cuando llegaba la fecha de la muerte de Carlos, todo crecía y la gente guardaba alimentos para sobrevivir.
Un día el hambre atacó más fuerte que nunca y mucha gente murió.
Los día fueron más largos y el septiembre esperado tardó en llegar
Se apagó el canto de las aves...
Se durmió el sonido de los grillos...
Y una tarde... antes de que la noche se acostara sobre el camino, una mujer del pueblo vecino vio la carreta con la espantosa figura de Carlos llevando hacia las sombras el último ser vivo que había habitado aquel poblado.