Vida en abundancia
Viéndote, hablar de vida es un conjuro, un talismán lingüístico o una mala broma de alguien que no da la cara y no permite enrostrarle las culpas. Yo aún digiero las mías, ese afán de involucrarme en vidas ajenas, a punta de magia, de misterios y arcanos, tomar el futuro de otro y anunciarlo como profecía.
Y te prometo que en tus manos vi una larga vida, con los dramas que todos cargamos, pero también con éxitos y placeres. Sería que me gustabas mucho y deseaba eso para ti. Y tú, que ya sabías del diagnóstico de cáncer, callaste al comienzo, pero mis palabras fueron una enorme arca donde no podías naufragar, estaba escrito en tus manos, las mismas que ahora sostengo.
Tal vez, el punto no es lo largo de la vida, sino lo colmada que esta sea, y tu luchas, sigues luchando, quizás ya no por vivir la vida, por enamorarte, tener ese hijo que yo no podía darte. Ya no por los sueños, sino que luchas para no irte en el sueño, por no morir.
No es que yo sea demasiado vieja, al menos no me siento así, lo que pasa es que tú eres demasiado niño, te deslumbras ante todo, proyectas tu amor y te encandilas con la posibilidad. Y si se trata de culpas, tú también las tienes. Te enamoraste de una mujer y no le dijiste de tu enfermedad, y ¿sabías acaso que enviudó justamente por cáncer?
Dicen que no hay muerto malo, y como estas vivo puedo decirlo sin sentirme mala persona. Eso era injusto con ella, querer trascender, quizás tener un hijo, sabiendo que te morías. Porque compañero, usted se me muere, un poco después si lo operan, pero se muere igualito.
Claro que es injusto, claro que no admite razón ni lógica. No se trata de desandar el camino para ver en qué momento te “hiciste” el cáncer. “Alea Jacta est” hubiera dicho mi profe de latín en el peda, lo cierto es que no sé que hacer, mis hijas me ven llorosa y no quiero arrastrar a otros a mi egoísta pena. Me quedan claro dos cosas desde ahora mismo: No volveré a leerle las manos a nadie, y prometo, por ti, por mis hijas, por mi compañero, tener vida en abundancia.
(A Claudia) |