No siempre presto atención a lo que siente la soledad,
Cuando estoy acompañada.
Deduzco entonces que está bien
Comprando olvidos en un negocio quebrado
O paseando entre unas pupilas ciegas.
Pero luego, llega a mi lado
Pidiendo auxilio, una estufa corporal
O un lamento en vano
Que le dé mas vida a su teatro
Y, no es que sea egoísta
Pero no quiero estar con ella
Y es que varias veces le he hablado de mi vacío
Y va y lo besa descaradamente,
Hacemos luego tres...
Lo peor es que trae a sus hijos
Se muda a mi casa
Cierra las ventanas cuando el calor me ahoga
Las abre cuando el sol se ha ido...
No la odio, para nada
Pues a veces la busco cabizbaja
Necesito que pensemos en la bulla
Recordar algarabías de mi alma
Adormecida la encuentro
Lanzándose entre la gente, para que yo no lo haga
Y ella no recuerda nada, no me cobra sentimientos idos
Hace algún momento la necesitaba.
Ahora le cuento de las casas bellas
Que construyeron en una playa nevada...
Siempre la amiga, soledad, conmigo
Incondicional, necesaria y nefasta.