“MENTE SANA IN CORPORE SANO” o el aditivo inverso al gasto en salud.
Cerca del 35% de los ingresos en hospitales en Chile corresponden a personas mayores de 65 años y tres cuartas partes de esas entradas se producen para tratar patologías crónicas.
A las urgencias de los hospitales también entran ancianos con algún problema propio de la edad que no tarda en resolverse y en tramitarse el alta. Pero esa persona ha tenido que trasladarse kilómetros en una ambulancia: es una molestia y un coste que, quizá, puede evitarse.
Esos recursos podrían gastarse de forma más eficiente si se creara una correcta coordinación socio sanitaria. Si un anciano se opera de una rodilla y vive en un cuarto piso sin ascensor es probable que la convalecencia la pase entera en el hospital; la cama estará ocupada sin necesidad y el paciente deseando largarse a casa. "Un gestor , (seguramente un familiar ) del caso sería esa persona que conocería perfectamente la situación del paciente, social y sanitaria, y tramitaría de inmediato las ayudas necesarias para que el recién operado pueda volver a su casa", Entonces crearemos la figura laboral del GESTOR DE ANCIANOS o ley de dependencia.
La ley reconocerá igual que en España un nuevo derecho de ciudadanía: el derecho de las personas que no se pueden valer por sí mismas a ser atendidas por el Estado, que les garantiza, en función de su grado de dependencia (moderada, severa o gran dependencia) una serie de prestaciones, las cuales desde entonces podrían ser exigidas administrativa y jurisdiccionalmente.
Cuatro principios inspiraron los pilares en que se sustentara la ley.
El primero, el carácter universal y subjetivo del derecho, que nos es inherente desde que nacemos y al que podemos acogernos a lo largo de nuestra vida, bien por el deterioro físico propio de la edad, bien por ser víctima de enfermedades, accidentes o cualquier otra circunstancia que limite nuestra autonomía. Precisamente este principio es el que nos llevara a crear un sistema de atención integral y diferenciado, el SID, una red pública que integra de manera coordinada centros y servicios, públicos y privados, debidamente acreditados.
En segundo lugar, la promoción efectiva de la igualdad de género, pues, tradicionalmente, recaía en la mujer el cuidado de familiares dependientes, un trabajo hasta entonces no remunerado y que limitaba su desarrollo profesional.
En tercer lugar, la dimensión social de la normativa, la cual, al favorecer el mantenimiento de una mayor autonomía personal, se convierte en un arma eficaz para luchar contra la soledad, una de las lacras que con mayor resignación soportan muchas personas, en especial de avanzada edad.
Y en cuarto lugar, el impulso que supone para la economía el desarrollo de la ley, pues, la implantación del SID, que concluirá en 2015, habrá permitido crear 263.000 empleos de calidad adicionales, principalmente de profesionales que atienden, en casa o en los centros de nueva construcción, a las personas dependientes.
Se calcula que en Chile hay en la actualidad 30% de camas de hospital para enfermedades agudas que están ocupadas por crónicos. "Muchos de ellos podrían estar atendidos en las residencias geriátricas o en sus domicilios, eso sería un gasto eficiente", dicho de otra manera un ahorro.
En el diseño de ese espacio sociosanitario trataremos, por ejemplo, los casos de enfermedades mentales, que requieren internamientos puntuales, o los cuidados paliativos o la ayuda a domicilio, entre otras cosas. Se trata de mejorar la atención al ciudadano y de aprovechar mejor los recursos". Por supuesto que debemos implementarlo perfeccionando el Plan Auge.
Es necesaria y obligatoria la cooperación entre la sanidad y los servicios sociales, o sea, volver a la coordinación que había hace 40 años , cuando la coordinación administrativa era incluso manual, en base a tarjetas.
Cuando el suministro de los medicamentos a los domicilios procederá de la farmacia del hospital se ahorra un 50% en fármacos, cuando están bien atendidos en sus casas se reducen los ingresos al hospital".
Ahorro tampoco es la palabra que utilizan los políticos, tan distraídos de estos menesteres. "Pero ahorrar NO, porque la cama de hospital que pudiera quedar libre la ocuparía otro inmediatamente".
"Ahorro no", sí se decanta por residencias donde se integren cuidados de enfermería y vigilancia que les permitan, superada la crisis, volver a sus domicilios o a la residencia habitual. para tratar la enfermedad mental.
Los profesionales sanitarios y sociales estarán coordinados para decidir en qué momento el paciente debe quedar ingresado o volver a casa y en qué condiciones. "También supone un alivio para la familia".
La cama hospitalaria cuesta 5 veces al día, el valor de las residencias de ancianos , como media. "No se ahorra, pero se gasta con eficacia".
Pero lo que a nuestro juicio es lo que creará más ahorro para el Estado es la creación de la figura de la bonificación por paciente sano.
Ya va siendo hora que se bonifique a la persona sana. Lo que llamaremos en adelante “ EL ADITIVO INVERSO SOBRE LA PROBLEMÁTICA CIUDADANA “. Esto es una especie de seguro invertido, Si tu no vas al médico por tres años, el siguiente ya no te descuentan del sueldo EL 7%, si al cuarto año tampoco vas, se te abona a tu planilla el 5%, si al quinto año tampoco, el 10%. Habría que diseñar una tabla perfecta que parta con la medicina preventiva y siga con una especie de lucro cesante. esto es, que se bonifique a la persona sana, ya que hay verdaderos profesionales de enfermarse y también las patología psicosomáticas, que son las que hacen los “tacos”, las demoras en las atenciones desde el mismo sistema ambulatorio y los centros de atención primaria.
Quedan, entonces, lanzadas estas ideas del “aditivo inverso”, esta vez en asuntos de salud, pero es aplicable a cada uno de los problemas de la red social, transporte, seguridad, educación, etc..
Se entrega este bosquejo a los medios de comunicación locales para su difusión inmediata, ya que es menester la abierta y cooperativa acción ciudadana que tan olvidada esta por la autoridades
Este proyecto esta sujeto a modificaciones y se agradecerán propuestas, correcciones y sugerencias.
MARIO A. DE LA FUENTE FERNANDEZ
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