Sus dientes afilados y blancos mordieron aquella garganta desconocida, y fluyo la sangre dentro de su boca mientras succionaba con fuerza y anhelo.
Otro cuerpo, otra vida inocente nuevamente arrebatada sin permiso alguno.
Pero cuando ella pensaba eso luego razonaba y se excusaba “es mi naturaleza, soy como un felino no soy malo por quitarle la vida a otro es solo mi naturaleza” pensaba y se sentía mejor.
Esa madrugada se había apoderado de un hombre. Se lanzo sobre el en la calle desierta y clavo sus dientes en su garganta. El sabor era mucho mejor cuando se deseaba, ella no cazaba desde hacia varios días. Dejo el cuerpo inerte en unos pocos segundos.
Beber hacia que por un momento olvidara todo su dolor, su soledad, y su pasado que la perturbaba y no la dejaba vivir.
Ella vivía, en sus tiempos humanos, con su familia compuesta por un hermano y sus padres.
Vivía en un pequeño pueblo con pocos recursos por eso debían buscar mercaderías, medicamentos y demás cosas a la ciudad. Ese día su hermano sufría uno de sus tan continuos ataques de asma y debían conseguir ayuda y los remedios necesarios para combatirlo. Su padre trabajaba y su madre debía cuidarlo por eso la enviaron a ella a la ciudad. Tan rápido como pudo tomo su bicicleta y se dirigió rápidamente hacia su destino, mientras su hermano luchaba con su falta de aire y gran presión en el pecho mientras su madre lo sostenía llorando.
Iba lo mas rápido que una niña de 13 años podía ir, cuando a su bicicleta se le salio la cadena. Era de esperar ya que era vieja y la niña sobrepasaba la velocidad q la bicicleta podía soportar. Ya era de noche y su hermano necesitaba ayuda, por eso cuando se acerco un hombre no dudo en pedirle ayuda. A pesar de que estaba muy desespera y preocupada por su hermano no pudo ignorar el aspecto del sujeto. Sus ojos eran tan oscuros como la noche, sus cabellos de un tono casi idéntico eran de un extraña textura, su cuerpo estaba bien formado y sus ropas pegadas a el, pero lo mas extraño y tenebroso era su mirada fría y aterradora que trasmitía una sensación que la niña no pudo descifrar. Dejo de hablar, tras contarle todo lo que había pasado para conseguir que la ayudara, cuando el continuo mirándola fijamente con severidad. Y ahí estaba ella bajo su hipnótica mirada, sentía una extraña debilidad cuando el torció su boca formando una sonrisa malévola. La estaba influenciando con un extraño poder telepático para que ella dejara de hablar y se tranquilizara. Sus ojos negros tomaron un color rojo sangre y su sonrisa se desformo cuando abrió la boca exhibiendo unos grandes y afilados colmillos que clavo en su garganta callando los lamentos de la joven.
Despertó una mañana, sola en un galpón. Lo primero que hizo fue tocar rápidamente su cuello donde había dos pequeños pinchazos ya casi cicatrizados lo que le permitió saber que hacia varios días que estaba allí. Se levanto y se sintió extraña, más fuerte y ágil. Recordó todo lo que había ocurrido y se dio cuenta de lo que ahora debía ser. Un…vampiro? aquel hombre horrible sin duda lo era, vio sus colmillos, sus ojos y por sobre todas las cosas sintió el dolor de que le succionara la sangre hasta perder la conciencia.
Pero lo que mas dolor le causo fue no poder regresar con su familia, ella era un monstruo y una amenaza. Se dio cuenta de eso cuando por primera vez sintió ese sentimiento tan fuerte como la sed. Lo había sentido en el hombre y ella lo sentía ahora. Era un peligro para los humanos, no podía permitirse hacerle daño a su familia, ni siquiera acercarse a ellos. Se entero de alguna manera que su hermano había muerto la misma noche que ocurrió todo, y se sintió muy culpable.
Se fue del pueblo para no volver nunca más y se entrego a la oscuridad y a la noche.
Jazmín sintió un gran dolor al recordarlo después de tantos años. El odio y la soledad la habían vuelto una persona insensible y sin piedad hacia la vida humana.
Con 13 años eternos y con un dolor que la acompañaría siempre se resigno a vivir de la sangre y en compañía de la soledad.
Fin
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