Fue triste verte morir asi: consumiéndote poco a poco, apagándote lentamente sin que ninguno pudiera hacer nada para detenerlo, sin que ninguno pueda volver a encender tu luz.
Fue patético y triste. Pero fue aún mas patético que tengas que morirte para darme cuenta de cuanto te necesitaba, papá.
Aquel día, mientras oíamos a Sabina en el auto, no sabes las ganas que tenía de lanzarme al asiento contiguo y abrazarte, y besarte, y decirte que te quería. Y decirte cuan importante eras para mí, y decirte, papá, que no se que haría sin ti...
Ojalá las cosas no hubieran resultado así, ojalá no hubiera dejado pasar tanto tiempo. Ahora es tarde, siempre fue tarde...




Nota: Lo dicho anteriormente es totalmente ficticio.
PD. Gracias, viejo, por estar conmigo. Te amo.