Letanía de la tarde adormece
el silencio
su sombra se pierde entre vientos
de fuego
llamas del alma que la brisa acaricia
pausada
no se quiere dormir la tarde con su cielo
azul
celeste y puro, sin nubes, ni acuarelas
desordenadas,
el sueño vagando se desploma
ebrio,
la ausencia de tu alma pura
se resguarda
del huracán que estremece tu boca
de besos,
tu cuerpo de hambre, se derrumba
en soledad,
el viajero permanece sin que llegue
la noche
para calmar tu sangre del olvido.
MARÍA DEL ROSARIO ALESSANDRINI
Texto agregado el 16-05-2010, y leído por 335
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Bellos tus poemas María del Rosario. Felicitaciones por este "viajero" que no encuentra el olvido aunque tal se resigne a vivir con los recuerdos. logan5
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