Noche cerrada, morada de los sueños transfigurada. Obscuro placer, para los que no duermen en la catrera. Apoliyados, descansan bajo tierra entre gusanos. Muerto los cuerpos, se despiertan las almas deseperadas. De parranda andan, asustan al linyera y a su perro. Anhelan volver, alimañas nocturnas al calor del día. De sombra visten, con elegancia blanca la muerte negra.
Texto agregado el 28-06-2004, y leído por 159 visitantes. (4 votos)