Aprecio siempre esta fría ciudad, con todo y sus transitadas calles, las personas que ya no miran y todos los pensamientos que llegan al parar en un semáforo en rojo, aprecio estas grandes estatuas desgastadas y olvidadas en los rincones de una ciudad en la que se respira esa tristeza seca.


Jamás se a donde he de parar cuando salgo y camino siguiendo al subterráneo cierro los ojos y elijo una estación al azar doy vueltas por calles extrañas, otras me dirijo a lugares igual de extraños pero reconocidos por mis papilas gustativas, el buen café de esa plaza tan concurrida y su música o el camino largo a pie que a veces evoca la nostalgia del recuerdo que invade los sentidos pero aturdida me desaparezco.


Al anochecer llega el tiempo de partir con tantas luces pero con el mismo resultado de hace años, me detengo un momento en aquel edificio color salmón y miro hacia arriba, toco el botón del departamento del cuarto piso , nadie abre pero me las arreglo para subir y toco siempre en la misma puerta de hace un mes y el mes anterior y el anterior a ese.


Todo parece tan extraño y distante cuando todo adentro esta vacio, sin tus fotos o ese olor a tabaco impregnado en cada rincón, el sabor a vodka rodando por mi boca o ese olor a mi piel quemada y mi sangre…


Miss Wolf Alejandra


Las horas que se van, doy la espalda y ya no estás y cada suspirar se lo lleva el día, las diez para las diez se hizo tarde otra vez el agua y el café se llenan de apatía... Playa Limbo