El campo de margaritas
es nuestro manto de amor.
Mientras la luna nos obseva envidiosa.
Un grllo a los lejos llama a su hembra
con su canto.
La suave brisa
acaricia los frondosos arboles,
que miran vergozosos
nuestros cuerpos desnudos.
Texto agregado el 15-05-2010, y leído por 351
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