Me he cansado ya en demacía, por intentar entender el porqué de los Juzgadores del arte, o críticos.
Si tan sólo hubiese una razón lógica de su existencia, quedaría tranquilo y omitiría mi pregunta, ¡pero no es así! por desagracia.
¡Nadie de índole humana puede juzgar lo que no ha realizado! así dice el artísta, y eso es verdad. ¿A quién de ustedes le agradaría escuchar la crítica de un señor letrado, que se llena los bolsillos del saco con tan sólo objetar unas palabras llenas de juzgo?
¿creen que un hombre ajeno a ustedes, puede interpretar sus sentimientos de artísta?
¿Creen que algún día interpreten el concepto que ustedes imprimieron en un lienzo o en un papel?
Eso sólo lo saben y lo sabrán ustedes mismos y nadie más.
Hay quienes en estos tiempos analizan obras de arte de grandes maestros y pretenden (como lo decía arriba) interpretar emociones y sentimientos que entonces se quemaban en la imaginación del artísta y a borbotones querían salir de su cabeza, pero reitero eso sólo lo sabe el artísta y ¡nadie más.!
El pintor expone sus pinturas ante cientos de personas que visitan el museo o caminan por la plaza pública y cada uno de esos curiosos que se acercan a observar (o pobremente a ver) interpretan las pinturas como mejor les viene en gana, mientras que alguien de esos curiosos ve una bestia de perfecta fealdad en una pintura, otro ve a la mujer mas hermosa.
Ahora bien, ¿Dónde queda entonces el papel del crítico, con qué fin se toma el atrevimiento de juzgar con tal libertad?
Pero bueno al final de esto, seguirán existiendo aunque sean superfluos.