el chocolate:
ya es muy tarde aquel 6 de mayo, cuando de repente, en medio de mi reciente depresion escucho las palabras que no quiero escuchar, por que son las palabras que mas me hacen daño.
me tomo un cafe en el restaurante y me pregunto por que me siento tan ansioso, si ya se cual es la respuesta que ella me dara, y no es un si, me siento muy mal y mas de una persona conoce mi situacion, y la asumen de la peor forma posible, lagrimas corren por mi rostro, la confusion invade mis pensamientos, lucho por entender que es lo que me esta pasando, por que siento que me tratan tan mal, yo no quiero escuchar lo que me dicen.
si la que crei una vez mi amiga me dice, en medio de su locura: ...por eso es que nadie te quiere, en el momento que no debo escuchar esas palabras, acaso es tan malo mendigar amor?
no he hecho nada todavia para entender lo que esta enfrente mio, el chocolate no me calienta todavia, a duras penas soy capaz de dar tragos, pues quema mi garganta estando frio y me congela la lengua estando tibio, las cosas no tienen mucho sentido ultimamene, veo las mismas escenas una y otra vez antes de acostarme, recordandome lo perdedor que fui, lo impotente que me senti, al no poder cambiar esta situacion, que duele tanto
mendigar amor, amarte cuando al que amas no te ama, amor, amar, se que son la mitad de esas palabras, amo y no me aman, quiero que me amen y que este chocolate caliente mi alma par poder soportar la dura realidad, aquella realidad que veo todos los dias en la ventana, en el salon de clases, despues de salir de examen, al termino del juego de basketball
le doy una nueva oportunidad a mi suerte, a desahogar mi ansiedad y miedo a quedarme solo, esperando a que el destino me de un poco de su bendicion, y a la vez, tranquilidad que ahora necesito, mi chocolate se enfria un poco y me ayuda recordar los buenos momentos que pase junto a tu lado, y aunque la gloria es efimera, es gloria al fin y al cabo, y vale la pena luchar por ella.
termino mi chocolate, pago la cuenta y salgo del restaurante, antes de ponerme el casco y colocar la moto en marcha, veo que el horizonte sigue lleno de situaciones que no se pueden esquivar, pero al final de donde alcanza mi vista, veo el lugar al cual quiero llegar, al tuyo.
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