Ya pocas horas se distancian del despertar, todo lo de ayer fue un sueño se aproxima la verdad. No espero ni campanas ni guirnaldas de bienvenida. Nada que recuerde un carnaval. Ya llegó la hora de enfrentar la realidad. Los fracasos y los sueños rotos se hunden en el mar. Llegó el minuto de las semillas sembrar y pese a las malezas con abono fuerte, hermosas rosas nacerán.
Texto agregado el 28-06-2004, y leído por 137 visitantes. (2 votos)